El informe del arquitecto Francisco Enríquez Ferrer

Lo que fue la Plaza de la Iglesia

Francisco Enríquez Ferrer, arquitecto encargado de hacer un nuevo informe y presupuesto de reedificación de la nueva Iglesia parroquial, consiguió el título de arquitecto por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1845, siendo nombrado número uno de la misma en 1859, con un discurso sobre la historia de la arquitectura árabe, del que destacamos estas palabras: “… los árabes, al conquistar a España, la encontraron llena Seguir leyendo …

El presupuesto de Juan José Alzaga para la nueva parroquia

Uno de los costados de la Iglesia parroquial

La fuente de la foto es el ARCHIVO DIOCESANO DE TOLEDO. Para acceder a la Iglesia se tenía que subir unas escaleras -donde al final había dos pilastras, una a la izquierda y otra a la derecha- por donde entrabas al pórtico, que tenía dos columnas a ambos lados, y al final había una puerta desde la que se accedía al baptisterio, con su pila bautismal, y a su derecha e izquierda una escalera por la que se subía al coro alto y a cada una de las dos torres. Más adelantes estaba la nave central, con cada una de sus colaterales, formando un rectángulo, en cuyo centro había cuatro pilares que sostenían a los cuatro arcos torales sobre los que descansaba la cúpula. Seguir leyendo …

Del refectorio a la Iglesia del Sacro Convento

La Iglesia del Sacro Convento de Calatrava la Nueva. Cuadro de Natalia Zhylitska

La Comunidad se dirige, por el Claustro y por el lado del Capítulo, a la iglesia quitándose, todos, los bonetes cuando pasan por la imagen del Santísimo Cristo que está por el paso. Al llegar a la pila de agua bendita, el Anciano más antiguo coge el hisopo y le esparce agua bendita al Prelado o Superior Presidente, haciéndole venia antes y después, y quien la recibe se quita el Seguir leyendo …

El prior de Calatrava (VI): Los carlistas se adueñan del templo y lo queman

Esto era todo lo que apetecían; habían llegado al término de sus esperanzas, y ya solo pensaban coronar su obra de barbarie, digna de eterna execración. Una vez dueños del templo, y sin consideración al sitio en que se hallaban, a pesar de que siempre quisieron recomendarse como los únicos defensores de la religión, encendieron una grande hoguera, hacinando toda la leña que podían y quemando en ella cueros, esteras, Seguir leyendo …