Fray Jorge de la Calzada pide el hábito en el Convento del Rosario, junto a Oropesa

Jorge de Ciudad decide dejar su pueblo, la Calzada de Calatrava, y da cuentas a su amo del ganado y todas las demás cosas que estaban a su cargo sin reservar para sí cosa alguna, dejando todo a la providencia de Dios. Lo poco que tiene lo da de limosna a los pobres, viéndose libre del trabajo de pastor que le impedía ejercitarse en las obras que deseaba.