Este ferrocarril nunca tuvo buenos resultados de explotación, empezando a tener pérdidas a partir de 1919. Fue en el año 1916, cuando uno de sus accionistas, José María Zavala y Ortes de Velasco -marqués de la Alameda-, realiza un estudio donde indica los problemas con los que se encuentra el ferrocarril y propone una serie de acciones a llevar a cabo. El índice de dicho estudio es el siguiente:
- Introducción.
- Estado actual del ferrocarril.
- Necesidad perentoria del empalme en Puertollano.
- Conveniencia del cambio de galga.
- ¿Una solución…?
- Plan de procedimiento
- Conclusión
Necesidad perentoria del empalme en Puertollano
Dificultades actuales para el tráfico de carbones. Las Compañías mineras se niegan o ponen dificultades para el suministro por nuestra línea. Estas facturan directamente al pie de los cargaderos. Malos caminos, acarreos caros, mermas y faltas extraordinarias. Puertollano es centro de muy importantes vías férreas. Ventajas del empalme para el desarrollo del tráfico general. El empalme conviene se haga en el punto convergente de las líneas de M.Z.A. y Almodóvar del Campo a San Quintín.
La falta de empalme en Puertollano no se ha hecho notar hasta el presente, por la sencilla razón de que no hay posibilidad de apreciar las ventajas que su realización hubiera producido. Sin embargo, el escaso tráfico de nuestra estación en Puertollano, a pesar de los años que lleva de existencia bien lo demuestra, ya que su principal y hasta hace poco su único tráfico ha sido el de carbones. Las dificultades del acarreo y de las reexpediciones necesarias para hacer llegar las mercancías a su destino por las otras Compañías, son causa de que apenas haya intercambio de tráfico y aun cuando se ha llegado a establecer un servicio de camionaje activo y bastante económico, no llega a compensar las molestias que ocasionan a los remitentes nuevas facturaciones y el aumento de los plazos en el transporte.
Las circunstancias actuales son los que verdaderamente demuestran la necesidad del empalme, puesto que amenazan con la pérdida de la mayor parte del tráfico de carbones.
Desde el principio de la explotación de la segunda sección, vienen las diferentes compañías mineras de Puertollano conduciendo carbones para ser facturados por nuestra estación valiéndose bien de carros directamente desde las minas (principalmente las menos distantes) o por medio de vagones de M.Z.A. que son puestos a nuestra disposición en la estación de esta Compañía para desde ella ser acarreados hasta la nuestra.
Para ello, unas minas (las que pertenecen a la Compañía de Peñarroya), tienen hecho un contrato con M.Z.A., mediante el cual esta les alquila los vagones a un tanto alzado por mitad, por cuya causa se evitan las consiguientes facturaciones, pero la Empresa porteadora no responde de faltas ni de plazo de entrega determinado. Las otras tienen necesidad de facturar las expediciones hasta la estación de Argamasilla de Calatrava, pidiendo, como favor especial, su detención en Puertollano para la descarga.
Esto siempre nos ha ocasionado perjuicios, principalmente en el invierno, en que los fraudes de carbones son más numerosos, pero por regla general las empresas mineras nunca se negaron al abono de faltas y mermas.
No sucede esto en la actualidad, pues debido al alto precio a que han llegado los carbones y a la excesiva demanda de éstos, aquellas empresas se niegan a responder de toda clase de normas y faltas, y por las circunstancias indicadas, así como por la estación del año que atravesamos, son ahora los fraudes verdaderamente escandalosos y generales, resultando que no hay vagón de carbón que no le falte más de una tonelada de peso.
Por la forma ya indicada de operar, nuestra Compañía no tiene intervención ni se la permiten en la estación de M.Z.A. para vigilar y cuidar de los carbones que son con destino a su línea hasta tanto no ponen los vagones en la correspondiente vía de descargue y para cuando esto ocurre han transcurrido dos y tres, y hasta seis días desde su llegada a la estación.
Tampoco se nos concede el derecho de solicitar el repeso de las expediciones, en unos casos porque vienen sin facturar (Asdrúbal y Argüelles) por la razón ya indicada y en otros porque su destino es Argamasilla de Calatrava y no Puertollano; haciéndosenos imposible la formulación de las correspondientes reclamaciones.
Para la facturación de los carbones por las otras líneas, las minas lo hacen directamente desde sus cargaderos. A este fin tiene la Compañía de M.Z.A. establecidas factorías especiales, por esta razón contratan y venden aquellas sus carbones en bocamina y esta medida general la hacen extensiva a nuestro ferrocarril, hoy, salidas de que tienen en la actualidad una inconmensurable demanda.
Añádase a todo esto que en el invierno los caminos que conducen a las minas se ponen intransitables, hasta tal punto que se suspende la circulación de carros, como ha ocurrido actualmente y no interesando a las Empresas mineras, como antaño tenerlas en buenas condiciones por disfrutar de ferrocarril hasta sus mismas anchas, nada hacen por repararlos ni por pedir su arreglo a quien corresponda.
Consecuencia de todo ello es la baja del tráfico de carbones por nuestro ferrocarril en beneficio de M.Z.A. A que transporta los que siempre hemos llevado a Valdepeñas.
Claro es que estas circunstancias son muy especiales, pero así como estimamos que ya difícilmente tomarán los carbones el precio que tuvieron con anterioridad a la guerra, así también creemos que transcurrirá mucho tiempo antes que la baratura de los fletes una vez terminada aquella, consienta la exportación de carbones en forma que obligue a las minas españolas a la rebaja de precios y a una menor producción por el exceso de concurrencia.
El empalme de nuestro ferrocarril con el de M.Z.A. y con el de Puertollano a Almodóvar del Campo y San Quintín nos hubiera evitado estos perjuicios, puesto que permitiría la facturación directa desde las minas, con responsabilidad del porteador.
No hay que omitir, además, la importancia de Puertollano como centro que es, de muy importantes vías férreas: actuales, en construcción y en proyecto, tales son:
De las primeras, la línea de Madrid a Badajoz (normal), de M.Z.A. y el ferrocarril de Puertollano a Almodóvar del Campo y San Quintín (un metro), de la Compañía de Peñarroya.
De las segundas, el ferrocarril de Puertollano a Conquista (eléctrico de un metro), también de la Compañía de Peñarroya, y el de Puertollano a la Carolina (un metro).
De las últimas, el de Puertollano a Linares (un metro) y el de Puertollano a Córdoba (normal).
Esta simple enumeración basta para demostrar la necesidad de nuestro empalme.
Ahora bien, demostrada esta, menester es decir algo acerca del proyecto aprobado por la superioridad, perteneciente a nuestra Compañía y que desconocemos porqué causas no se llevó a la práctica.
Este proyecto va al empalme con la línea de M.Z.A. únicamente, y sería lamentable error no estudiar si hay otro solución más práctica, que hiciese un empalme común con M.Z.A. y los ferrocarriles de Puertollano a Almodóvar y de Puertollano a Conquista, ya que de llevar a cabo la mejora conviene efectuarla de modo que reporte el mayor número posible de beneficios, y estos serían considerables al facilitar el tráfico no sólo con M.Z.A. sino también con dos ferrocarriles más de vía de un metro.
Algo importantísimo hay que tener presente antes de decidirse a emprender esta necesaria mejora, y es procurar explorar el ánimo de la Compañía de M.Z.A. a quien había de perjudicar, sobre todo si alguna vez llegase nuestro ferrocarril a transformarse en vía de un metro.
Gran parte del tráfico de Extremadura y parte de Córdoba con Andalucía y cuando lleguen a ser una realidad los ferrocarriles de Valdepeñas a Alcázar y de Requena a Úbeda, también con Albacete y Levante, sería efectuado por el nuestro, y no ocurrirá lo que hoy, que al tráfico de aquella región con Valdepeñas, Santa Cruz de Mudela, Jaén, etc, lo conduce M.Z.A. por sus líneas con un aumento notable de recorrido al tener que desviarlo por Ciudad Real y Manzanares.
Lo sucedido con la tarifa especial que me plantó para los carbones, tarifa verdaderamente de guerra para nuestro ferrocarril debe servirnos de lección.
Así, pues, sondear previamente al ánimo de dicha Compañía es no solamente conveniente sino necesario, y una vez dispuestos a realizar la mejora, no sería imposible llegar a un arreglo que nos permitiera vivir sin lesionar gravemente sus intereses.
El modus vivendi que pudiera establecerse sería sencillo, ya que pudiera consistir en determinar qué clase de mercancías estaría dispuesta a permitirnos transportar mediante las correspondientes tarifas especiales que al efecto estableceríamos en nuestro ferrocarril, comprometiéndonos por nuestra parte a no hacer condiciones especiales para otras clases de mercancías; e igualmente en cuanto a viajeros.
Fuente: Documentación depositada en FSS por la familia Martínez de Pisón Verástegui. Del archivo de la Fundación Sancho el Sabio.