Una vez referidas las ceremonias de la comida de la primera mesa corresponde ahora hacerlas de la segunda mesa. Pueden acceder a comer a la segunda mesa:
- Los religiosos que por algún descuido no han entrado a comer –haber llegado tarde, no haber oído la campanilla u otras causas- no pueden entrar a comer a la segunda comida sin la licencia del Prelado o quien presida el refectorio; si es Anciano o Evangelistero se la pide directamente y si es un religioso de inferior rango es un Anciano quien la pide en su nombre.
- Los que no pudieron comer en primera mesa por encontrarse indispuestos –no necesitan licencia.
- El Lector de la Mesa y los que han servido la primera mesa.
Cada uno se sienta en el sitio que tuviera si hubiera comido en primera mesa, poniéndose los bonetes sólo los Ancianos y los Evangelisteros. Preside la segunda mesa el más antiguo de los que comen, aunque no sea sacerdote, y suele decirles a los Epistoleros y demás Novicios que se pongan los bonetes –aunque si se lo dice sólo al que sirve es señal de que se lo pueden poner todos, sin embargo si se lo dice a los que están sentados no se lo puede poner el que sirve si no se lo ha comunicado. No es función del Maestro de Novicios, aunque presida la segunda mesa, el mandar ponerse el bonete. Los Evangelisteros no necesitan licencia para cubrirse ya que pueden cubrirse en primera mesa delante del Prelado.
El despensero entra con un criado que lleva el cestillo de pan. El religioso que cuida del refectorio echa vino a los Ancianos, si hay alguno en segunda mesa, y coge pan del cestillo y se lo pone en sus servilletas. El criado llega con el mismo cestillo a las mesas y los Evangelisteros y demás religiosos van cogiendo lo que les parece. El vino y el agua se la sirven ellos mismos antes de que se sienten. Esta ceremonia tiene algún desorden y para evitarla parece que hubiera sido más ajustado que el religioso que cuida del refectorio sea el que sirva pan y vino a todos los religiosos, comenzando por el más antiguo. El despensero recoge la bebida y el pan que sobró de primera mesa y se lo lleva un criado.
El religioso que cuida del refectorio echa agua a los Ancianos, si los hay, y se sienta en el poyo de uno u otro choro, entre las mesas de Novicios y las mesas desnudas y se pone el bonete si no está comiendo el Maestro de Novicios. El despensero come siempre en la despensa y le sirven los criados.
En segunda mesa sirve un Novicios que no tiene dos años de hábito incluido el que cuida del refectorio, turnándose cada semana –sirve en segunda mesa sin quitarse el manto como los que sirvieron en primera mesa. Da y se lleva los platos conforme a lo ya dicho. Cuando termina de servir todos los platos se pone en medio del refectorio, enfrente de las mesas desnudas, y espera a que el que preside le haga la señal para que se vaya –si quiere puede tenerlo allí hasta que acabe la comida. Al hacerle la señal hace la venia al Santísimo Cristo y a los que comen y se va –los demás se quitan el bonete.
Si el que sirve es más antiguo que el que preside la segunda mesa no espera para ponerse el bonete que se le de licencia, pero entonces la da el que preside a los demás que comen. Para irse el que sirve (que es más antiguo que el que preside) no aguarda licencia sino que se quita el bonete y hace venia en medio del refectorio –los demás se quitan el bonete.
Si algún religioso o criado entra en el refectorio mientras se está comiendo en segunda mesa debe de decir, al entrar: Con licencia de Vuestra Señoría Presidente –salvo que el que entra fuese el Maestro de Novicios y el que preside de los de su jurisdicción, o fuese el que entrase Anciano y el que preside Novicio. Pero de Novicio a Novicio o de Anciano a Anciano justo es que pida la licencia para entrar, aunque el que entra sea más antiguo.
En segunda mesa se debe guardar silencio como en la primera y toca al que preside reprender si hubiera alguna culpa y si ésta es severa, que mereciera más castigo que una palabra severa, deberá dar cuenta al Prelado, Superior o Maestro de Novicios para que la castigue.
Acabando de comer llega el que preside la segunda mesa y toca la campanilla para que se conozca que se ha terminado y los que han comido con él le esperan a un lado y otro de las mesas y se hacen venia –ellos a él y él a ellos- quitándose los bonetes. El que preside sale el primero de todos del refectorio.
Bibliografía:
- Regla de San Benito.
- Formularios para hacer pruebas de los hábitos para las Órdenes de Alcántara, Calatrava y Santiago.
- Definiciones de la Orden de Calatrava, año de 1652.
- Copia de las escrituras de la Orden de Calatrava.
- Las Institución, definiciones y actos capitulares de la ínclita caballería de la Orden de Calatrava (Toledo, 1552).
- Ceremonial Monástico para los que siguen la Regla de San Benito, concedido por Pablo V.
- Ceremonial cisterciense.
- Descripción del sacro convento y castillo de Calatrava la Nueva, colección de Salazar y Castro. Biblioteca de la Real Academia de la Historia.