En un artículo anterior se explicó el por qué se llegaron a crear dos plazas de conserje para el Palacio del Viso y no una, como era lo previsto en principio. Además de las dos personas seleccionadas (Amalio Monsalve y Miguel Poveda), hubo otras que también solicitaron la plaza y que a continuación se relacionan:
Anastasio Muñoz del Valle: Es su tío político, el secretario del Juzgado Municipal José Morales Egido, quien el 23 de mayo de 1933 escribe una carta a Pedro Vicente Gómez Sánchez, diputado por Alianza Republicana y masón, en la que le dice que iba a recomendar a su sobrino político pero, debido a la cantidad de solicitantes, ha dejado de insistir –había visto cartas del Ministro y del Subsecretario dirigidas a Pedro Vicente en la que éste contestaba que no era posible tal recomendación porque el nombramiento ya se había hecho a favor de Miguel Poveda Baltanás, que tiene un tío en el Ateneo y que había hecho las gestiones oportunas. Hace referencia, también, a que entre los solicitantes había uno recomendado por el diputado Cirilo del Río, a quien denomina “merodeador de la política” y diputado “incoloro”, que mandó una carta a sus amigos “los cavernícolas” y al alcalde, acompañando otra del Director de Bellas Artes en la que se afirmaba que el asunto estaba resuelto y que se crearía una nueva plaza de conserje a favor de Amalio Monsalve.
Considera que, si esto es así, por encima del Ministro y del Subsecretario están Cirilo y el Director de Bellas Artes y que los destinos de la República están reservados para los cavernícolas y francamente es una pena, por no decir una vergüenza y un desprestigio, para la República y para los republicanos.
Aconseja que en los futuros nombramientos de cargos se evite que recaigan en los cínicos y osados republicanos de nuevo cuño y no olviden que en estos burgos podridos aún queda algún republicano digno que siempre se sacrificó en aras del ideal y que la República los tiene postergados.
Termina la carta diciendo que si va a nombrar nuevos cargos tengan en cuenta a su sobrino político, que tiene cinco hijos y haciendo referencia a la masonería:
“¿Dónde estaba Cirilo del Río y todos los que ahora se llaman radicales cuando el año 1909 íbamos a celebrar las tenidas de las logias, perseguidos siempre por los esbirros de aquel hombre fatídico que asesinó a Ferrer?”.
El secretario de Orueta comunica a Pedro Vicente Gómez lo ocurrido con la provisión de la plaza de conserje del Palacio del Viso: que fue provista inmediatamente y cuando llegaron las recomendaciones se contestó que estaba ya provista pero, debido a un error, la mecanógrafa comunicó a Don Cirilo del Río que había sido provista en la persona de su recomendado, Don Amalio Monsalve. Entonces fue cuando éste se presentó en la Secretaría del Director de Bellas Artes y al comunicarle que había habido un error y viendo que podría producirse una situación violenta con el Secretario de las Cortes, se decidió nombrar a otro conserje, ya que esa decisión estaba dentro de las atribuciones de Don Francisco Orueta, con el ánimo de arreglar satisfactoriamente el asunto, aunque la predilección de éste era la persona recomendada por Pedro Vicente Gómez Sánchez.
César Barcina Pastor (hermano de Amadeo, veterinario titular en el Viso y famoso por poner letras a las comparsas, coplillas y sátiras), dirige una instancia a la Dirección General de Bellas Artes pero viendo que no le contestan escribe una carta, el 16 de agosto de 1932, a Ricardo de Orueta insistiendo en que sigue interesado por ese puesto y que se sentiría orgulloso si la llegara a ocupar, no sólo por su retribución sino también porque el Palacio dejaría de ser “refugio de reaccionarios, monárquicos, caciques y cavernícolas, en el cual se reúnen en sociedad”. A la carta le anexa un manifiesto que publicó él en el primer aniversario de la Segunda República donde hace un elogio de su gobierno y que finaliza así:
“Viso del Marqués está de enhorabuena porque de un momento a otro darán comienzo a esta magna obra para la alegría y el bienestar general de todo su vecindario, pese el sufrimiento y para el remordimiento de unos cuantos JUDAS.
¡Viva la República!
¡Viva el Gobierno de la República!”.
La contestación de Bellas artes fue que la plaza estaba ya ocupada.
Destitución de los conserjes del Palacio
Francisco de Orueta accede nuevamente a la Dirección General de Bellas Artes, en febrero de 1936, por lo que vuelve a recibir felicitaciones por ocupar ese cargo. Entre dichas felicitaciones está la del diputado a Cortes, Don Francisco Cervera Jiménez-Alfaro –diputado por la CEDA en Ciudad Real- y aprovecha para rogarle la reposición de Amalio Monsalve Parrilla en la plaza de conserje del Palacio del Viso, para la que fue nombrado por el Sr. Orueta el 12 de mayo de 1933, habiéndole destituido ahora sin formación de expediente el 7 del mes en curso –según el interesado, a propuesta de los que querían tomar venganza política sin ninguna relación con el servicio que presta.
Fue el 20 de marzo de 1936 cuando el alcalde del Viso comunica a Miguel Poveda Baltanás, Amalio Monsalve Parrilla y Feliciano Monsalve Marín que no reunían las condiciones para desempeñar los cargos de conserjes y guarda del Palacio y propone como sustitutos a Enrique Monsalve Ruiz, Manuel Ruiz Monsalve y Gerardo Rodríguez Sánchez –personas que sí están capacitados para ello, según su opinión. En Madrid se acepta la propuesta con el cese de los tres primeros pero dado que la vigilancia del monumento se estima que es para un solo conserje el 7 de abril se nombra, por la alcaldía, a Enrique Monsalve Ruiz y se repone en su cargo a Miguel Poveda, por pertenecer a Izquierda Republicana.
Otros recomendados para ocupar, en 1936, la plaza de conserje fueron los propuestos por el diputado por Ciudad Real Don José Maestro a Ricardo de Orueta, que fueron Germán de Huertas Altozano y Juan de Campos Alza. La contestación fue que cuando llegó a la Dirección dicho tenía tres guardas, a todas luces innecesarios, por lo que decidió suprimir dos plazas y dejar solamente una, ya que otros monumentos estaban necesitados de dicho servicio, por lo que no podía atender su petición.
También el Marqués de Santa Cruz, Don Mariano de Silva y Carvajal, con fecha 25 de junio de 1936, escribe a Francisco de Orueta recomendándole a Salvio Tacazaga, diciéndole que era buena persona y que reunía excelentes condiciones para ejercer dicho trabajo. La contestación fue la misma: no se puede llevar a cabo su petición ya que actualmente la plaza está ocupada.