Con la llegada de la Segunda República se declara, mediante decreto por parte del Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, el Palacio de Santa Cruz monumento histórico-artístico nacional –junto con el Convento de Calatrava la Nueva, el Convento de la Asunción de Calatrava y el Castillo de Calatrava la Vieja. Posteriormente, el 15 de octubre de 1931, el Director General de Bellas Artes, Don Ricardo de Orueta, nombra como Delegado de Bellas Artes en la provincia de Ciudad Real a Don Francisco Morayta Martínez. Ambos mantendrán correspondencia relativa a la toma de posesión de una plaza de conserje en el Palacio del Viso del Marqués y que a continuación se resume.
Al día siguiente a su toma de posesión, Morayta informa a su superior que ha comenzado las gestiones para encontrar un local que sirva de Museo Provincial y que esté recibiendo multitud de peticiones de varios pueblos para que visite las obras y edificios de interés turístico –entre ellos el del Viso del Marqués-, por lo que solicita ayuda para hacer un presupuesto de gastos de locomoción y dietas relativas a esas visitas, así como se les proporcionen medios para ayudar al Orfeón Manchego en Ciudad Real, ya que en caso contrario lo más probable es que desaparezca.
Pasados unos meses, el 24 de agosto de 1932, Bellas Artes informa a la Delegación en Ciudad Real que ha sido nombrado un conserje para el Palacio del Marqués de Santa Cruz, debido a que a Ricardo de Orueta le han llegado varias peticiones, pero que se tienen noticias que en dicho palacio viven determinadas personas cuando, en realidad, sólo debería vivir el conserje; por lo que solicita a Morayta la creación de un fichero, a nivel provincial, en el que se haga constar el propietario de los diversos monumentos declarados de interés nacional que haya en la provincia y si las personas que están viviendo en el palacio tienen o no derecho a habitarlo. Por último, da noticia de que al elegido para ocupar la plaza le han comunicado que debe presentarse al Delegado de Bellas Artes para los efectos de la toma de posesión.
Enterado de lo ocurrido, Morayta escribe una cara, el 30 de agosto de 1932, al Secretario de Orueta –José Carreño España- recomendando a éste que visite el Palacio cuanto antes porque se ha quedado maravillado en su visita al mismo y lo considera uno de los mejores que existe en España con estas características, por lo que no puede pasar más tiempo sin que esa joya artística permanezca desconocida y en el estado en que se encuentra, haciendo una descripción del mismo:
“Las paredes y techos están cuajadas de pinturas a cual más bella y en un estado de conservación asombroso. Cada piso tiene más de diez salones con chimeneas de mármoles tallados y pinturas con perspectivas fantásticas”.
Respecto a las personas que lo habitan dice que “en el piso de abajo hay un casino de ex monárquicos y viven unos antiguos sirvientes del marqués, un veterinario con su herrería y un pajar y que ninguno de estos vecinos tienen derecho a vivir allí, por lo que se debe autorizar, por medio del Gobierno, el desalojo inmediato de estas personas y dejar como único vecino al conserje en las habitaciones que se indiquen”. También comunica que la propiedad del Palacio “es de Don Mariano Silva Carvajal, ex Marqués de Santa Cruz, que vive en la calle de San Bernardino 14 (Madrid), junto con su apoderado general Don Joaquín Antonio Median. Es aconsejable ponerse en contacto con éste para las gestiones que se estimen oportunas”.
Leída la carta por el Secretario de Orueta, el 5 de septiembre de 1932 escribe a Morayta solicitando una nueva aclaración: por qué dice que las personas que viven en el Palacio no tienen derecho a ello si es de propiedad privada.
A esta última carta Morayta contesta, el 6 de septiembre de 1932, que se ha quedado perplejo al llera ya que creía que el Palacio había sido cedido al Estado y considera que su propietario estaría dispuesto a cederlo y que sin esta gestión no entiende qué misión sería la del conserje que se ha nombrado.
José Carreño España, el 9 de noviembre de 1932, vuelve a solicitar a la Delegación de Bellas Artes de Ciudad Real un fichero, del que carece el Ministerio de Instrucción Pública, en el que consten los monumentos arquitectónicos-artísticos no con los datos publicados en el Centro de Estudios Históricos sino con los relativos a la administración o situación jurídica en cada momento, sus propietarios, sus límites, si son o no de propiedad particular y qué cargas tienen. En relación con el Palacio del Viso del Marqués le comunica que el nombramiento del conserje se hizo ante las reiteradas peticiones de varios diputados y del Ministerio de Agricultura, por lo que el Sr. Francisco de Orueta estimó que debía nombrarse pero que ahora está perplejo al recibir la carta del nuevo conserje informando que allí vive gente; por lo que antes de que se incurra en una equivocación solicita una aclaración al respecto.
Morayta, a la anterior carte, contesta el 13 de septiembre de 1932 repitiendo que el propietario es Don Mariano Silva Carvajal y que el nombramiento de un conserje que no puede inspeccionar ni intervenir en la conservación es inútil. La única solución que ve es que su propietario ceda al Tesoro Nacional el Palacio, ya que no se beneficia de nada y lo tiene en un abandono intolerable.
Por último, en una carta sin fecha, el Delegado de Bellas Artes de Ciudad Real informa a Orueta del fallecimiento del que fue conserje del Palacio y que la Peña de Artistas del Viso del Marqués le notificó que verían con mucho agrado que fuera nombrado nuevo conserje Amalio Monsalve Parrilla, que está muy bien considerado por todos los vecinos, tiene un sentido artístico admirable y es pariente del pintor Don Ángel Andrade. Ruega que le confirme, cuanto antes, este nombramiento para dar una gran alegría a los miembros de la Peña de Artistas.
Decir también que el diputado de Ciudad Real, Don Cirilo del Río, escribió a Don Francisco de Orueta adjuntándole la instancia de Amalio Monsalve y agradeciéndole mucho que la tuviera en cuenta. Fue el 9 de mayo de 1933 cuando a este diputado se le informa que su recomendado ha sido nombrado conserje del Palacio de Santa Cruz pero posteriormente, el 19 del mismo mes, se le comunica que ha habido un error y que quien ha sido nombrado, el 20 de abril, ha sido Miguel Poveda y no Amalio Monsalve. Termina la carta con estas palabras:
“Me violentaba tanto que tuviera Vd. que decir que el nombramiento no era válido que como tenía vacante he asignado otro conserje al mismo monumento, y he nombrado a quien Vd. Me recomendó con tanto interés. Con los dos conserjes confío en que la vigilancia será mayor y mutuamente podrán combinar sus obligaciones con los otros quehaceres que tengan”.
El siguiente artículo tratará sobre los demás candidatos que hubo a ocupar la plaza y por quienes estaban recomendados.