La Encomienda de Sacristanía en el siglo XIX

Bodega de Ceriola, de la Encomienda de Sacristanía. Foto de Antonio López Imedio

Bodega de Ceriola, en la Encomienda de Sacristanía. Foto de Antonio López Imedio

La desamortización de Mendizábal tenía como objetivo desvincular y enajenar los bienes que poseían ciertas instituciones -como la Iglesia o la nobleza- y llevar a cabo un reparto más racional y equitativo de la riqueza. Sin embargo, el resultado fue un reparto de esos bienes entre sólo unos pocos -Mendizábal, su familia y varios hombres de negocios cercanos al Partido Progresista. Para ello crearon un entramado político-económico desde Madrid a otras zonas de España, sobre todo en la actual Castilla-La Mancha. Por tanto, la desamortización de Mendizábal más que un reparto de riqueza fue un negocio de unos pocos y favorecido por los mecanismos legales que se establecieron: la venta en pública subasta y la elección de lugares para las mismas favorecían a grupos sociales concretos.

Entre esos bienes que salieron a subasta en la desamortización de Mendizábal se encuentra la finca «Encomienda de Sacristanía«, que fue adquirida por el banquero Jaime Ceriola y heredada por su hijo (José Ceriola Flaquer, uno de los mayores contribuyentes de la provincia de Ciudad Real y que tiene una calle dedicada en Calzada de Calatrava), su nieta Inés Ceriola Pérez-Seoane y su bisnieta Josefa Imaz y Ceriola, respectivamente.

Escritura de carta de pago de la Encomienda de Sacristanía

Escritura de carta de pago de la Encomienda de Sacristanía

En 1889, la finca «Encomienda de Sacristanía» salió a subasta y fue adquirida por Manuel Pérez Seoane y Marín, conde de Gomar, que se le vendió a María Josefa Ortés de Velasco, condesa viuda de Villafuertes y madre de José María de Zavala y Ortés de Velasco –uno de los accionistas del ferrocarril Valdepeñas – La Calzada de Calatrava. En esta escritura de venta se describe así la finca:

La finca denominada “Encomienda de Sacristanía”, sita en término municipal de Calzada de Calatrava, provincia de Ciudad Real, que la forman un viñedo denominado del “Pardillo” y otro majuelo viejo en el cual está enclavado un pequeño olivar. Un lote de tierras destinadas a huertas con su correspondientes norias para el riego en el sitio denominado El Juncal y otro pequeño lote de tierra de labor próximo a la bodega [denominada bodega de Ceriola] existiendo además de esta en la finca, los lagares adosados a dicha bodega, taller de tonelería, almacén de útiles de bodega y tres grandes porches para el servicio de la misma; una edificación donde hay instalado un alambique de destilación, casa habitación destinada a vivienda del dueño o administrador; otro edificio destinado a la molienda de aceituna donde se halla instalado un molino con ese objeto y una prensa hidráulica formando parte del mismo edificio un pequeño almacén para aceites. Otro edificio para el ganado, pajar y habitación del mayoral. Otra edificación destinada a boyería y habitación de los gañanes. Otro pequeño edificio destinado a portería con habitación para el portero. Otro edificio adosado a la casa habitación del dueño o administrador, destinado a cocina para la servidumbre; estando todos estos edificios con sus patios y un pequeño jardín o huerto cercados por una tapia de piedra.

Bodega de Ceriola

Bodega de Ceriola

Aparte de este grupo de edificios y en el sitio denominado El Juncal se encuentra otra pequeña edificación de planta baja destinada a viviendas de hortelanos.

Linda la finca al Norte con terrenos de la propiedad de Don Martín Malo y D. José María Casado; al Sur y al Oeste con el resto de la finca primitiva llamada “Encomienda de la Sacristanía”, perteneciente dicho resto a Dª Josefa Imaz y Ceriola y al Este con tierras de varios vecinos de Calzada de Calatrava.

Tiene de superficie, incluyendo la que corresponde a las construcciones, ciento treinta y dos hectáreas setenta y un áreas y setenta centiáreas, equivalentes a doscientas siete fanegas.

Fuente: Archivo de la  Fundación Sancho el Sabio.

 

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