Cuando un religioso o Caballero, en aprobación o preso en el Convento, llega a comer al refectorio y se han sentado todos, entra descubierto y si es Anciano o Caballero todos los que están comiendo se quitan el bonete, excepto el Prelado y el Superior Presidente. Se pone de rodillas en la gradilla, con la mano derecha en tierra hasta que el Presidente da un golpe en la mesa para que se levante, haga la venia y se vaya al lugar que le corresponde según su antigüedad.
Al entrar en su mesa sólo uno se aparta para que entre, aunque sea más antiguo que los otros, y si es Cuarto Anciano y está desocupada la cabecera de su mesa entra por la parte de arriba –lo mismo hace el Evangelistero que llega tarde y la cabecera de su mesa está también desocupada. Si la cabecera de su mesa está ocupada entra por la parte inferior, saliendo uno sólo de los que están comiendo, aunque los demás sean menos antiguos que el Evangelistero.
El que entra tarde tiene la pena de no beber vino. Posteriormente, uno de los que sirven pide misericordia a un Anciano para poder echarle vino a los que han entrado tarde, a quien dice: con licencia de Vuestra Merced pediré misericordia. Este Anciano se la pide al Prelado o Presidente del Refectorio y mientras la pide está algo levantado y sin bonete. Si es concedida la misericordia, lleva el frasco y con él sirve vino a los que entraron tarde, que están descubiertos y algo levantados.
Cuando no están en el refectorio ni el Administrador ni el Superior, al pedir la misericordia, el que sirve al que Preside, el Anciano que la pidió está descubierto y, al concederla, el que preside el refectorio también se quita el bonete. Y lo mismo hace, en correspondencia, cuando se quita el bonete a quien se le concede la misericordia.
El Prelado, cuando el Superior llega tarde, da un golpe en la mesa para advertirle que no se postre en la gradilla y antes de que el que sirve llegue a pedirle misericordia, para echarle vino, le hace señas el Prelado (lo mismo debe hacer con los demás que llegan tarde si quiere que no se siente en la gradilla) para que lo haga. El Superior se descubre y el Prelado se quita el bonete al recibirlo –todos los demás hacen lo mismo. Lo mismo se hace cuando quien llega tarde es el Anciano que preside el refectorio. Lo de permitir servir el vino se ha de entender como una indulgencia y no ley ya que el que preside y el que entra tarde son Ancianos –cuando no están presentes ni el Prelado ni el Superior es cuando toca ejecutar la ley más que la indulgencia, aunque si el que preside el refectorio decirle aplicarla el cualquier momento lo puede hacer.
Bibliografía:
- Regla de San Benito.
- Formularios para hacer pruebas de los hábitos para las Órdenes de Alcántara, Calatrava y Santiago.
- Definiciones de la Orden de Calatrava, año de 1652.
- Copia de las escrituras de la Orden de Calatrava.
- Las Institución, definiciones y actos capitulares de la ínclita caballería de la Orden de Calatrava (Toledo, 1552).
- Ceremonial Monástico para los que siguen la Regla de San Benito, concedido por Pablo V.
- Ceremonial cisterciense.
- Descripción del sacro convento y castillo de Calatrava la Nueva, colección de Salazar y Castro. Biblioteca de la Real Academia de la Historia.