El presupuesto de Francisco Enríquez Ferrer para la nueva parroquia

Plano del Patio de la Concepción
Uno de los proyectos de Francisco Enríquez Ferrer fue la ampliación del cementerio de San Isidro con el patio de la Concepción. Lo inició en 1850 y lo terminó José Núñez Cortés, en 1890.

El arquitecto Francisco Enríquez Ferrer elabora el siguiente presupuesto, relativo a la construcción de una nueva parroquia en Calzada por hallarse en ruinas la que fue incendiada en la Primera Guerra Carlista:

Por la excavación de los cimientos y su relleno con piedra dura, mortero de cal y arena y una fila horizontal de ladrillos muy cocidos para dar consistencia a las paredes (1.920 varas cúbicas): 55.680 reales.

Por la pequeña piedra caliza labrada para las tres hiladas del zócalo (15.868 pies cúbicos): 95.208 reales.

Por la obra hecha con piedra dura, para pilares de fábrica mayores y menores, e hiladas de ladrillo fino muy cocido, trabados con mortero de cal y arena (187.167 pies cúbicos): 374.334 reales.

Por los pilares del templo, desde el zócalo hasta el arranque de los arcos, hechos con ladrillo fino muy cocido unidos con mortero de cal y arena (16.841 pies cúbicos): 50.523 reales.

Por los arcos y sus cimbras, hechos de ladrillo fino muy cocido unidos con mezcla de cal y arena (15.399 pies cúbicos): 53.895 reales y 17 maravedís.

Por los cascarones de los ábsides, de las bóvedas del crucero y de la torre; construidos con ladrillo fino muy cocido unidos con mortero de cal y arena (6.547 pies cúbicos): 26.188 reales.

Por las bóvedas de las tres naves y los lunetos del templo, con tabicado doble de ladrillo y yeso, incluyendo los arcos en que descansa cada una de las bóvedas (13.353 pies cuadrados): 20.029 reales y 17 maravedís.

Por el tabicado, cielo raso, atirantado, solado y blanqueo de la sacristía, la colecturía y el archivo: 5.600 reales.

Por 593 canecillos sobre los que se asienta el alero de la iglesia: 2.372 reales.

Por 593 baldosas, de barro cocido, para el alero del templo: 1.186 reales.

Por 86 pequeñas columnas de barro cocido para las ventanas, con sus basas y capiteles: 25.800 reales.

Por 48 capiteles, de barro cocido, para las columnas adosadas al muro: 2.880 reales.

Por los ornatos en la fachada principal, de barro cocido: 4.500 reales.

Por la armadura para la cubierta del edificio – parhilera en la nave principal y de faldón para los laterales- con madera de pino de Cuenca: 137.610 reales.

Por el emplomado de la cúpula del crucero y de la torre (2.510 pies cuadrados): 10.040 reales.

Por el enlosado de la iglesia (14.800 pies cuadrados): 51.800 reales.

Por la grada para acceder al presbiterio, de piedra dura moldada (166 pies lineales): 1.992 reales.

Hierro para la cruz de la torre y de las catorce rejas de las ventanas de las capillas, la sacristía, la colecturía y archivo (164 pies lineales): 8.200 reales.

Por la puerta principal, labrada a la española (200 pies cuadrados): 3.000 reales.

Por las puertas de los costados (crucero de la Iglesia), labrada a la española y con el herraje incluido (396 pies cuadrados): 4.752 reales.

Por las puertas y ventanas de la sacristía, colecturía, archivo y coro, incluido el herraje (656 pies cuadrados): 6.560 reales.

Por las medias cañas para la puerta principal y las dos laterales: 14.000 euros.

Por la vidriera y la alambrera de las treinta ventanas de la Iglesia, con inclusión de sus arcos (2.103 pies cuadrados): 16.824 reales.

Por las seis columnas y el entramado horizontal del coro y las tribunas (galerías del primer piso): 18.000 reales.

Por la escalera del coro y de la torre: 8.600 reales.

Alisado, blanqueo y enyesado de la imposta general interior de la iglesia: 24.000 reales.

Por revocar, con mortero de cal y arena imitando a piedra caliza, el exterior del templo: 27.000 reales.

Por pintar al óleo las puertas, ventanas, canales y alambreras: 3.800 reales.

Por el tabernáculo manifestador, la mesa del altar y el altar: 27.000 reales.

Por el reconocimiento, el presupuesto del templo parroquial y los gastos de viaje del arquitecto: 12.000 reales.

Por el diseño de la obra y su dirección por el arquitecto hasta su finalización: 30.000 reales.

El presupuesto total fue de 1.123.374 reales, a los que había que descontar 245.846 reales por los materiales aprovechables de las ruinas del antiguo templo (179.500 reales), lo que había recibido la Junta Administrativa por parte del Estado (30.000 reales) y las limosnas, jornales y acarreos de materiales hechos por los vecinos de la villa (36.346 reales). Por tanto, la cuantía por la construcción del templo ascendió a 877.528 reales.

Terminaba el año 1853 y viendo el Gobernador de la provincia de Ciudad Real que no se tenían noticias del trabajo encargado al nuevo arquitecto, Francisco Enríquez Ferrer, decide que se le escriba una carta invitándole a agilizar los trámites, a la mayor brevedad posible. Es el 23 de febrero de 1854 cuando el Arzobispado de Toledo envía el Gobernador de Ciudad Real los planos y el nuevo presupuesto que les ha remitido el arquitecto, para que los adjunte al expediente y, a tenor de los dispuesto en el artículo 10 del Real Decreto –de 19 de septiembre de 1851- lo envíe al Ministerio de Gracia y Justicia para que lo valore. El Gobernador Civil, Manuel María Herreros Garoz, informa de ello al Arzobispo de Toledo diciéndole que por su parte no tiene nada que oponer y que se alegraría que se llevase a efecto el proyecto presentado, pero que es muy probable que sea rechazado ya que el Gobierno de S. M. tiene que llevar a cabo otras necesidades de igual género en Ciudad Real, como la construcción de una Iglesia Catedral en esta ciudad y otros edificios necesarios para la instalación del obispado, como se indica en el artículo noveno del concordato vigente de 1851. Es Hacienda del Gobierno Civil de Ciudad Real quien, el 13 de marzo de 1854, envía al Ministerio de Gracia y Justicia el expediente para su resolución –informando que el presupuesto de gastos se han reducido a la cantidad de 877.528 reales, en vez de los 1.254.634 a los que ascendía el coste de las obras del proyecto de Juan José de Alzaga– una vez levantados los nuevos planos para la reedificación del templo.

Bibliografía:

1850-1857 Calzada de Calatrava. Expediente sobre «necesidad de reedificar la iglesia parroquial, incendiada por los facciosos carlistas en febrero de 1838 (Archivo Diocesano de Toledo).

Discursos leídos ante la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando, en la recepción pública de Don Francisco Enríquez y Ferrer (11 de diciembre de 1859).

Biografía de Francisco Enríquez y Ferrer, por  Silvia Arbaiza Blanco-Soler.

Nota de Francisco Enríquez Ferrer, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Signatura Le-2-54-8-137.

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