Efectos del terremoto de Lisboa en la provincia de Ciudad Real (2)

Parroquia de Granátula de Calatrava. Fuente: Antonio Campos Caballero
Parroquia de Granátula de Calatrava. Fuente: Antonio Campos Caballero

Corral de Calatrava: Cuando ocurrió el terremoto, la mayor parte de la gente estaba confesándose en la parroquia, esperando que comenzara la misa mayor, advirtiéndose un movimiento extraño en el suelo y en las paredes de las casas, cayéndose el yeso de ellas y desuniéndose las maderas. La gente se alborotó y desalojó la iglesia, saliendo deprisa hacia la plaza, cayendo al suelo algunas de ellas.  La torre también se movió y se abrieron los últimos arcos. Una persona dijo la siguiente frase: “¡que Nuestra Señora de la Paz [patrona de la villa y venerada en su ermita, extramuros] se quema! Y muchas personas aseguraron que vieron llamas inmediatas a la ermita, que sufrió desperfectos en el tejado, la cornisa, la pared y las maderas de la parroquia, así como de los dos costados que unían la torre y sus cimientos, por lo que fue preciso llevar a la patrona a la parroquia, que también sufrió desperfectos en la torre, sus costados y paredes. En las casas del pueblo se reconocieron perjuicios, quedando inhabitables, y otras necesitando ser reparadas.

Fernán Caballero: Se vieron afectadas la iglesia y las casas de la población, tanto en sus enmaderados como en las paredes, teniendo bastantes perjuicios. Una viuda, con una hija, tuvo que abandonar su casa.

Fuencaliente: El fuerte movimiento de tierra afectó a muchos edificios, no sólo al del Ayuntamiento. Parte del enlucido de la bóveda de la iglesia cayó y también afectó a su muralla. El pósito real, situado en la plaza, sufrió quebranto en las paredes, abriéndose una de ellas, de tal forma que salió media fanega de trigo fuera. La casa de la Real Orden de Calatrava también sufrió daños, quedando inhabitable. En una de las fuentes, extramuros del pueblo y que llamaban del Compadre, no se pudo coger ese día agua debido a que había cambiado a un color encarnado, volviendo días después a la normalidad, sabor y gusto.

Fuenllana: Estando la mayor parte del pueblo en misa mayor, comenzó a moverse la tierra de forma que los fieles comenzaron a salir de la iglesia, mirándose unos a otros, mientras se caía el techo de la iglesia y el yeso de las capillas. Personas que estuvieron situadas en el coro de la iglesia, observaron que las juntas de las paredes se caían. Hubo varias voces que comenzó a atemorizarse, dando voces: “¡que se cae la iglesia!”. Algunos vecinos se desmayaron, por lo que fueron rociadas con agua bendita para que volvieran en sí. En algunas casas cayeron lienzos, sin haber sucedido ninguna desgracia. También se resquebrajaron algunos arcos de la iglesia.

Fuente el Fresno: No sucedió ninguna fatalidad, debido a que los edificios eran bajos, pero la gente quedó muy atemorizada. El retablo de la iglesia se desprendió por dos o tres veces, así como las imágenes se movieron. Dos ganaderos, el día antes del terremoto, oyeron un tueno sin que estuviese el cielo nublado, y al ponerse el sol vieron que el cielo tenía un color pajizo algo oscuro.

 Granátula de Calatrava: Cuando tuvo lugar el terremoto, había mucha gente en la parroquia. Tanto éstos como los que estaban en otros sitios, vieron moverse el suelo y los cimientos. Varias casas y iglesia quedaron inservibles. Los sacerdotes, que se hallaban celebrando la misa, llenos de espanto ordenaron salir inmediatamente de la iglesia. Los que se hallaban en la plaza, vieron que la torre se separaba, unas tres o cuatro veces, de la muralla de la iglesia. Los techos de los graneros se abrieron y la mayor parte de los edificios quedaron muy afectados, de forma que se han tenido que desalojar muchas casas.

Luciana: Se observaron movimientos en suelo, paredes y edificios, llegándose a temer que se cayesen algunos edificios. Todos los vecinos salieron de sus casas. En ríos y fuentes no se notó cosa alguna. Debido a que las casas eran muy bajas, no sufrieron daño alguno. Después del terremoto, se levantó una borrasca de aire bastante fuerte y de mucho frío.

Membrilla: El terremoto surgió cuando se estaba cantando la hora de tercia en la parroquia, donde había un número muy grande de personas por la festividad del día. El ruido atemorizó a muchas de ellas, se vio cómo temblaba la tierra, las murallas y las bóvedas de la iglesia. El cura párroco, Juan Pablo Muñoz, mandó que la gente saliera de la iglesia, al ver que se desprendían algunos pedazos de yeso de las bóvedas, lo que se llevó a cabo con gran celeridad. Estando en la calle, se vio oscilar torre, cruz y bolas, experimentándose el desencaje de algunas de las piedras de la bóveda. En la capilla mayor del convento de los Trinitarios Calzados, se cuarteó la media naranja y un colateral de la bóveda se cuarteó, así como un hastial del coro y algunas de las celdas contiguas a él. En las casas del pueblo no se experimentó daño sustancial. Terminado el terremoto, el cura anterior convocó a la gente a unos divinos oficios y, concluida la misa, exhortó a la gente del gran peligro que habían tenido todos, por lo que mandó cantar Te Deum Laudamus. Al día siguiente se hizo un novenario de misas cantadas a las ánimas benditas, con la asistencia de la mayor parte del pueblo.

Mestanza: El día del terremoto los vecinos observaron algo turbio el sol, y con un calor no propia de la estación. La mayor parte del pueblo estaba oyendo, en su parroquia, la misa rezada y salieron de ella atropelladamente, aunque no sucedió ninguna desgracia. Observaron que se movía la tierra, así como los edificios. El domingo 16 del mismo mes y a la misma hora, se repitió otro temblor menos potente y de menor duración. El pueblo volvió a salir aceleradamente de misa, resultando que una mujer se partió un brazo. Los maestros de alamín y carpintería registraron los estragos ocasionados en los edificios del pueblo, hallando bastante afectada la parroquia, con todos sus tejados desplomados, la torre algo inclinada y su muralla abierta. Muchas casas fueron afectadas, quedando algunas casi inhabitables y otras tuvieron que ser destruidas.

Miguelturra: Se sintió un ruido como de correr coches o galeras y parecía que la tierra se movía. Se observó que el agua de los pozos subió de nivel, llegando algunos a verter el agua por el brocal, y en algunas bodegas se vertieron el vino de las tinajas, especialmente las empotradas. La torre de la iglesia y su capital se movió de un lado a otro, causando gran terror, desplomándose muchas pizarras. La iglesia, llena de gente, se movió, reconociendo algunos caerse pedazos de yeso, y todos salieron hacia afuera, clamando a voces a María Santísima, pidiendo unos una confesión y otros una absolución. La torre y el cuerpo de las campanas quedó bastante afectado, se cayeron dos pedazos de cornisa, contra las pizarras del capital. El caracol de la torre se desprendió y la bóveda de la capilla mayor se desunió de su fábrica. En la iglesia del convento de las Mercedarias Descalzas, con título de Nuestra Señora de la Estrella, se quebrantaron algo las bóvedas y el campanario, cayéndose algunos ladrillos y las campanas se tocaron. Quedaron muchas casas afectadas, cayéndose algunas tapias y artesones, de modo que sus habitadores tuvieron que salir a la calle.

Deja una respuesta