Valor material y condiciones arquitectónicas de la Iglesia y Convento

Vista panorámica del convento de capuchinos y parte de la villa de Calzada

Vista panorámica del convento de capuchinos y parte de la villa de Calzada

Con lo que antecede no quisiéramos llamar a engaño a nadie, figurándose que, con la victoria de estas intrigas y los bienes para la fundación, pretendían nuestros mayores edificar algún suntuoso palacio en pugna con nuestras leyes y espíritu, antes muy al contrario, pues, si bien es verdad que de los documentos que existen poco puede afirmarse sobre los rasgos arquitectónicos de la Iglesia y Convento, no resulta menos verídico, según puede conjeturarse por lectura de los papeles del archivo, que nuestros religiosos únicamente propugnaban la edificación de un convento en todo conforme a nuestro estado de seráfica pobreza.

Estos mismos documentos nos enseñan que no hubo persona técnica, inteligente y práctica, para hacer las obras con prontitud, economía y seguridad, pudiendo enumerar únicamente entre sus buenas cualidades el que el convento resultó bastante espacioso y que la ermita de Nuestra Señora de la Soledad tratóse de agrandar, añadiendo dos capillas y abriendo dos puertas para comodidad de los fieles. Finalmente, por hallarse el Convento enclavado en la jurisdicción de las Órdenes Militares, estaba sujeta la iglesia a la visita del Ordinario; pero el Cardenal Infante D. Luis, Arzobispo de Toledo, le concedió perpetua exención de esta visita en 1747.

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