El 23 de abril de 1933 se celebraron en España elecciones municipales para renovar una cuarta parte de los ayuntamientos –son los ayuntamientos cuyos concejales habían sido designados sin elección el 5 de abril de 1931 conforme al artículo 29 de la ley electoral de 1907:
“En los distritos donde no resultaren proclamados candidatos en mayor número de los llamados a ser elegidos, la proclamación de candidatos equivale a su elección y les releva de la necesidad de someterse a ella.”
Estas elecciones las ganó la derecha y supuso una derrota del ejecutivo ya que en la mayoría de los pueblos donde se celebraron triunfaron los monárquicos y los republicanos de izquierda y socialistas apenas lograron sumar concejales lo que mostró cómo estaba cambiando el comportamiento de los electores respecto a las elecciones de abril de 1931.
Fueron también las primeras elecciones en las que se permitió votar a las mujeres en las mismas condiciones que a los hombres.
En Calzada de Calatrava, el 18 de abril de 1933, se llevó a cabo un mitin en la Molineta que fue organizado por el comité de Acción Agraria Manchega de Calzada de Calatrava y en el que participaron los señores Montes, Ceballos, Madariaga y Mateo.
Nada más llegar a Calzada, los protagonistas del mitin se dirigen a la finca de Fuente del Moral, finca cuyo propietario eran la familia Dickinsson, para comer. En el Pueblo Manchego se recoge la crónica de esta comida:
“Entre los comensales están los señores de Fernández-Dickinson e hijos Martina, Paquita, Emilio y Horacio; doña Francisca Dickinsson; señora de González y bella hija Micaela; señores de Duarte y Martínez Pontrémuli; Pedregai, Montes, Mateo, Migallón, Llarion, Navas Madariaga, Ortuño, Medrano, Ceballos, Contreras, Rosales, del Real, Plaza, Ciudad, Ramos, Villalón el presidente del Comité de Acción Agraria Manchega de Calzada de Calatrava, don Eduardo Valencia, y demás miembros del Comité, y el redactor de El Pueblo Manchego”.
El acto se celebra en un gran patio de La Molineta en el que no se han puesto sillas, pues es muy numeroso el público que desea presenciar el acto. De pie, apretadísimos y sobre las tapias aun así tienen que quedarse fuera muchas personas. Cerró todo el comercio y a las cuatro de la tarde el presidente del Comité de Acción Agraria de Calzada, don Eduardo Valencia, hace la presentación de los oradores, siendo aplaudido. El Pueblo Manchego describe así la intervención de éstos:
D. José María Mateo
Comienza don José María Mateo poniendo de relieve el rasgo característico de los españoles, que es el de permanecer siempre dentro de la legalidad, en pugna constante actualmente con los que ostentan el prurito por la ilegalidad, y buscan y pretenden todo por la fuerza bruta. Habla de la Ley de Defensa de la República, que juzga innecesaria pues va precisamente contra personas que además de no atacarla no se salen de la legalidad.
Protesta con gran energía de las leyes que atacan a la familia y al trabajo, de las suspensiones de periódicos y de las campañas que desprestigian el comercio. Todo esto por métodos violentos que no pueden perdurar, pues la violencia sólo sirve para despertar las conciencias sublevadas por la injusticia
Al igual que los fusilamientos de Jaca, hicieron más que todas las demás propagandas a favor de la República los saqueos, incendios y demás atropellos, hicieron la campaña a favor de la Iglesia, que defendemos nosotros regidos bajo los hermosos principios de lealtad, caridad y justicia.
No os olvidéis que la revolución puede iniciarla un demagogo pero puede acabarla un santo. (Aplausos).
Julián Besteiro discute siempre sus teorías dentro del orden jurídico y, en cuanto se sobrepasa los linderos de la juridicidad, es el pueblo el primero en sufrir las consecuencias.
Siempre defenderemos la propiedad privada, siempre que el propietario tenga presentes los principios morales de amor al trabajador. No queremos nada con gandules, todos tenemos que trabajar y vosotros que trabajáis a la sombra del Castillo y sacro Convento de Calatrava, es preciso que os agrupéis para llegar a la mayor gloria de Dios. (Una gran ovación acoge las últimas palabras del orador).
Don Luis Montes
Al levantarse a hablar don Luis Montes recibe muchos aplausos del numeroso público.
Comienza diciendo que recoge esos aplausos para transmitirlos a Gil Robles, el caudillo de todas las derechas, que trabajando por el más alto ideal recorre continua e incansablemente toda España, y también a su gran amigo el obrero Madariaga. (Aplausos).
Acción Popular, compuesta por más de 800.000 afiliados, es la organización más potente de España, y aunque no quiere ser republicana o monárquica, pues su ideal está por encima de las formas de gobierno, no es ni será jamás una fuerza contra la República, sino la primera asociación que actúa siempre dentro de la legalidad y siempre dando la cara y nuestro acatamiento a la ley no hay que confundirlo con la cobardía pues a garrotazos y bofetadas, contestaremos con bofetadas y garrotazos porque somos hombres… (Los aplausos impiden oír el final de la frase).
Comenta los errores de los socialistas y añade que ni tan siquiera doce de sus diputados saben lo que es el socialismo, y recuerda cómo estaba Rusia cuando se instauró el régimen comunista y cómo está ahora, que aplican la ley de fugas a los que hambrientos y horrorizados tratan de huir de la más negra de las tiranías. En Rusia, el 7 de noviembre del año 17, se implantó la socialización de la tierra y de la industria y el comercio. Ahora en Rusia se padece un hambre terrible que obliga a devorar basuras o animales muertos por enfermedad. Ángel Pestaña ha dicho que la verdadera situación del hombre ruso es la del más miserable esclavo.
El socialismo –continúa el señor Montes- es el trabajo militarizado y es la miseria; los principios de Acción Popular están basados en los Evangelios, hacemos la guerra al vago, el que no trabaje que no coma, pues está escrito que el hombre se ganará el pan con el sudor de su frente, pero a nadie concedió el privilegio de vivir del sudor de la frente de los demás. (Aplausos).
Constantemente os están engañando, os dicen que sólo tenéis derechos y esto no es verdad, pues también tenéis obligaciones; siguiendo esas doctrinas hundiréis a los patronos pero con los patronos os hundiréis vosotros y todo esto por culpa del socialismo. Tenemos que acabar la revolución con la cruz en la mano. Alistaros todos en Acción Popular, sin hacer caso de hombres en cuyas banderas se han alistado todos los caciques y sobre todo de los que no están de acuerdo sus palabras de derechas con sus actos de izquierdas.
Acción Popular se forma en la calle sin esperar nada de la política, pues lo espera todo de Dios. Estamos exentos de egoísmos pues laboramos para que los que recojan el triunfo sean nuestros hijos. (Los aplausos al señor Montes duran largo rato).
Don Pablo Ceballos
Hace uso de la palabra el señor Ceballos, que empieza haciendo notar que Acción Agraria Manchega no tiene nada que ver con las vergüenzas del pasado ni del presente; somos hijos de la revolución y propagamos nuestros ideales dentro de la legalidad y con el Evangelio en la mano, y como traten de arrollarnos en la otra mano llevaremos un látigo; pues todos somos hombres, para todos sale el sol y todos somos hijos de Dios. No hay nada que enseñe tanto como el dolor y como hemos sufrido mucho, mucho es lo que hemos aprendido; y por eso, queremos hacer una España grande y hermosa de esta España de ahora, triste y desafortunada, y con pleno derecho podemos decir a los causantes de tanta desdicha, parodiando una célebre frase: Nosotros que somos tanto como vos, os pedimos que os marchéis, porque valemos tanto como vos y somos mejores que vos. (Grandes aplausos).
Si no respetan vuestras libertades, hay que contestar a la fuerza y a la violencia con la fuerza y la violencia, caiga quien caiga, porque Acción Agraria Manchega está compuesta por hombres, cosa que algunos ignoran o pretenden ignorar.
Lo más doloroso de todo es la ruina de las almas en este ambiente de discordias; la solución al problema social no estará nunca en la lucha de clases, sino en la confraternidad de obreros y patronos, no se les puede considerar a los unos enemigos de los otros. Contra las doctrinas disolventes y materialistas del socialismo se enfrenta victoriosa la espiritual del catolicismo. Nuestros hijos recogerán una orientación firmemente establecida. Y lucharemos hasta morir si es preciso porque el crucifijo no sea retirado como si en vez de algo sublime y hermoso fuera algo maldito, y hagan lo que hagan les será imposible arrancarlo de nuestro corazón.
Tenemos que defender a nuestra España actualmente triturada por Azaña y secuaces, de la unión de todos vosotros ha de surgir la grandeza de España; luchemos sin descanso en la seguridad de haber cumplido nuestro deber en horas de peligro y combate. (El público aplaude, entusiasmado, las palabras del señor Ceballos).
Don Dimas de Madariaga
Por último se levanta el señor Madariaga, que es recibido con grandes aplausos por el público.
Ciudadanos, vengo a hablar en el momento que en la provincia que represento hay 69 pueblos preparando las elecciones, todo lo he dejado por comunicarme con mis paisanos, pues soy hijo de la Mancha, y he vivido la lucha con la tierra, herida todos los días por hombres con la cara curtida, con la cara dorada por los aires que corren por las barbecheras.
Ya es hora de que los hombres dejen de odiarse como fieras, para amarse como hermanos; si alguno no piensa como yo, también como a hermano le saludo.
Se extiende en consideraciones sobre la mujer manchega que atesora como ninguna las virtudes excelsas de la raza española. Y analizando la obra del Congreso dice que ya es hora de que sea atendida la voz del hombre de la chaqueta parda o de la blusa humilde, que es lo más sano de nuestra raza. (Grandes aplausos).
Acción Popular ha defendido siempre a los hombres del campo, y los que tanto os han engañado y tanto os han prometido, esos siempre han votado en contra de vuestros intereses.
En nuestro programa se pretende que haya el mayor número de propietarios, porque siendo vuestra tierra la trabajáis con mucho cariño, porque recogéis el fruto de vuestro sudor. Queremos hombres libres, vamos en contra de la tiranía de los que aprobaron la Reforma Agraria en tiempos de elecciones. Somos enemigos de la lucha de clases y también somos enemigos de toda injusticia y mentira que lleva al obrero al caos y a la miseria. El carbón en la montaña no es nada y en la bocamina es riqueza, trabajo y paz. Queremos que el trabajador no sea es sus últimos años de su vida un estorbo, haremos que el Estado atienda las necesidades de los ancianos como premio a la virtud de toda la vida de trabajo en un hombre honrado. (Grandes aplausos).
Contra la Escuela única y el divorcio
La Escuela única la combatimos todos como católicos y yo, además, como trabajador; los que quieran escuela católica que la paguen y los que quieran la escuela laica que también la paguen. Y respecto a la familia, como es anterior al Estado, es por lo tanto más principal y obligaremos a que nuestros hijos sean respetados, porque los hijos no son de Azaña ni del Gobierno, son de sus padres. (Aplausos).
Por último, ataca duramente la ley del divorcio y dice: Si la mujer divorciada conserva sus encantos físicos caerá en la ignominia y si no los conserva tendrá que mendigar el pan, llevando de la mano los hijos en un momento de ofuscación dejando en la miseria y el dolor a los seres a quienes dio la vida.
En el orden espiritual queremos la derogación de todos los principios que hieran los sentimientos de la nación. A la derecha los que creáis en Dios, los que defendáis el orden y el trabajo que es el mayor honor, pues San José fue carpintero siendo padre de Dios.
Don Quijote os dice que por vuestra propia voluntad debéis luchar por vuestra Patria y vuestro Dios.
Un nutridísimo aplauso premia la fogosa disertación del señor Madariaga.
Terminado el mitin, se celebró un lunch en honor de los oradores, al que asistieron más de doscientas personas, que hicieron hablar nuevamente a los oradores, que fueron muy aplaudidos. Acto seguido se trasladaron a la Sociedad Obrera Benéfica, en la que también tuvieron que hacer uso de la palabra los señores Ceballos y Madariaga, se desbordó el entusiasmo y fueron calurosamente ovacionados.
En Aldea del Rey
Y como si estos hombres fueran de acero, dan fin a tan laboriosa jornada dando un nuevo mitin en Aldea del rey en un local abarrotado de público, destacando el elemento femenino que asiste en gran número.
Los oradores están completamente afónicos, tienen la garganta destrozada, mas a pesar de esto se hacen oír y sus palabras son, aún si cabe, más fogosas y vibrantes. Muchas interrupciones tuvieron, pero todas como fruto del entusiasmo del auditorio se traducían en frenéticos aplausos.
A las nueve de la noche partieron hacia Madrid en el automóvil de los señores Dickinssons, los señores Montes, Caballos y Madariaga, acompañados por el también incansable propagandista Horacio Fernández-Dickinsson.
Nuestra enhorabuena a los organizadores.