Más funciones del Lector de Mesa del Sacro Convento

Puerta de entrada al Sacro Convento de Calatrava la Nueva. Foto de José Antonio Alcázar.

Puerta de entrada al Sacro Convento de Calatrava la Nueva. Foto de José Antonio Alcázar.

De domingo a sábado por la noche se elige un religioso, con menos de seis años de hábito, para que lea en el refectorio mientras los demás están comiendo (el Lector de la Mesa). En la comida, todos de los domingos –incluido el de Pascua- se lee la homilía del Evangelio y un sermón escrito por alguno de los Padres de la Iglesia Católica (Santo Tomás, Agustín, etc.) que se corresponden con las lecturas que se leyeron o cantaron en el tercer nocturno de maitines –en total son cuatro, ya que se sigue la liturgia benedictina y no la romana, que se sacan del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento y de obras de los Padres de la Iglesia.

En el caso de que se lean dos lecturas de los Padres de la Iglesia, la homilía que se lee es la correspondiente a la del domingo y no a la de la festividad. Independientemente del número de lecturas que se hayan cantado en el choro de la Iglesia en el refectorio se leen las cuatro y una vez terminadas -con sus interrogaciones, pausas y monosílabos- el Lector de la Mesa se levanta de la mesa y dice et heç de homilía o éxplicit homilía. Después, si hay sermón del Padre San Bernardo sobre la festividad, se prosigue cantando Incipit Sermo Beati Bernardi Abbatis Panis Nostris Indie Sancto Pasche y el Indie Nativitatis Domine. Si el día anterior en completas se comenzó a leer el sermón de San Bernardo, el Lector de la Mesa dirá Sequitur In Sermone y no Incipit y si hay un segundo sermón se vuelve a levantar, como lo hizo anteriormente, y dice Sermo Secundus.

En el día de San Benito dice Incipit ó Sequitur in sermone Beati Bernardi Abbatis Panis Nostri in festivitate Divi Benedich Parentis para que no repita Abbatis Panis nostri.

Si acabada la homilía no hay sermón del Padre San Bernardo se lee, de la Biblia, la escritura que en ese día se corresponda con el oficio divino –Génesis, Éxodo, etc.- diciendo al comenzar Incipit Liber Génesis pero si comienza el capítulo dirá Sequitur caput tertium libri Génesis o Sequitur caput secundum libri Tobis y el Isaiah Prophete. Mas si el día anterior ya se comenzó el capítulo, dirá Sequitur in capite secundo libri génesis. Y al llegar al capítulo tercero dirá Caput tertium.

Desde la noche de Resurrección hasta Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre) se lee, en voz alta, las definiciones de la Orden de Calatrava. El Lector de la Mesa se levanta siempre que comienza algún capítulo de las definiciones y cuando no se terminó el día anterior se dice que se sigue las definiciones de la orden y caballería de Calatrava en el capítulo tercero del título segundo y si se comienza un capítulo se dirá se sigue las definiciones de la orden y caballería de Calatrava el capítulo tercero del título segundo.

Las definiciones no se cantan sino que se leen en voz alta y como no hay pausas ni bajas como en lo cantado en cuatro días se leen y luego se vuelve a comenzar. Algunos piensan que se deben cantar pues se hace con más gravedad, se entienden mejor y se pueden hacer interrogaciones y cantar con bajas.

Desde la Exaltación de la Santa Cruz de septiembre hasta el domingo de Resurrección por la noche se lee la Escritura que corresponde, como a mediodía, si no hay sermón del Padre San Bernardo en esta festividad. En noche de colación [comida liviana que se toma de noche los días de ayuno] no hay lectura.

En el día del Corpus se lee el sermón del Padre San Bernardo y comienza Panem Angelorus manducavit Homo [el hombre comió del pan de los ángeles] tomado del evangelista San Juan (6,31). Era costumbre antiquísima del Convento que en la octava de esta festividad se leyesen los opúsculos filosóficos de Santo Tomás pero dejaron de leerse por perderse el libro.

El Prelado o Presidente del refectorio, mientras la Comunidad come, puede enmendar al Lector de la Mesa, que está cantando en latín o romance, si yerra en algún nombre o en el acento mandándole que vuelva a leerlo y si sigue cometiendo el error deberá postrarse. Cuando lo que lee encierra sentencias morales o doctrinales y es provechoso para el espíritu puede el Presidente mandarle que vuelva a leerlo.

Cuando el Lector de la Mesa canta hace una pausa entre una oración y otra, leyéndola primero para sí. No obstante, debe tener previsto todo lo que ha de leer antes de entrar al refectorio. El Maestro de Novicios puede castigar al Lector de la Mesa si tuvo algunos defectos aunque el Presidente del refectorio los tratara de encubrir.

Siempre que el Lector de la Mesa dice el nombre de Jesús o de María baja la cabeza y todos, incluido el Prelado, se quitan los bonetes las dos o tres primeras veces que los nombran, porque se está comiendo y en la lectura se repiten muchas veces, como en los sermones del Padre San Bernardo. Lo mismo se hace, sin limitación, cuando leyendo en romance se nombra el Santísimo Sacramento, pero no si se dice la Virgen o Cristo o Ntra. Señora.

Bibliografía:

  • Regla de San Benito.
  • Formularios para hacer pruebas de los hábitos para las Órdenes de Alcántara, Calatrava y Santiago.
  • Definiciones de la Orden de Calatrava, año de 1652.
  • Copia de las escrituras de la Orden de Calatrava.
  • Las Institución, definiciones y actos capitulares de la ínclita caballería de la Orden de Calatrava (Toledo, 1552).
  • Ceremonial Monástico para los que siguen la Regla de San Benito, concedido por Pablo V.
  • Ceremonial cisterciense.
  • Descripción del sacro convento y castillo de Calatrava la Nueva, colección de Salazar y Castro. Biblioteca de la Real Academia de la Historia

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