El Molino de Parra: génesis de un nombre olvidado

En la tranquila primavera de 1805, Juan Carneros Romero, farmacéutico de ojos perspicaces y manos hábiles en el arte de las pócimas, comenzó a imaginar un proyecto que trascendía los límites de su botica en Calzada de Calatrava. Nacido en Granátula, no era un hombre ordinario. Su intelecto, moldeado por la ciencia, lo impulsaba a dejar un legado que resonara en el Campo de Calatrava. Las ruinas de un viejo Seguir leyendo …