Con motivo de la conmemoración del IV centenario de la fundación y descubrimiento de Chile por Diego de Almagro, el Embajador de este país, Aurelio Núñez Morgado, hizo entrega de un pergamino en el teatro principal de Almagro a su Ayuntamiento, el 21 de junio de 1936, cuyo texto dice lo siguiente:
“El Embajador de Chile en España al celebrase el IV Centenario del descubrimiento del territorio chileno, por el adelantado Diego de Almagro, ofrece al Ayuntamiento de su ciudad natal el testimonio de la veneración que su país profesa a tan esclarecido hijo de la Mancha.
La heroica epopeya de Almagro y sus soldados a través de montañas y valles, constituirá siempre, a pesar del tiempo y de la distancia, un sólido eslabón entre la República de Chile y el generoso solar castellano.
Embajada de Chile de Madrid, a 20 de junio de 1936.
AURELIO NÚÑEZ MORGADO”
Al acto asistieron el Embajador de Chile en España, señor Núñez Morgado, al que acompañaba su hijo, el Gobernador Civil de la Provincia señor Vidal Barreiro, el capitán de Asalto señor Pascual, el Comisario Jefe de Policía y demás autoridades locales y provinciales y periodistas.
Una vez recibido el Embajador en ell Ayuntamiento, donde le esperaban la gestora municipal y las demás autoridades locales, la banda municipal interpretó el himno nacional de Chile y, a continuación, el de Riego. El público, que estuvo congregado en gran cantidad en la plaza de la República, ovacionó a las autoridades y aclamó al Embajador chileno y a su país.
Todas las localidades del teatro principal, que habían sido repartidas por invitación, estuvieron abarrotadas y en el escenario ocupaba el fondo un retrato del adelantado de Chile, Diego de Almagro, rodeado por banderas chilena y española.
Un niño dio lectura de un mensaje que lo escribieron los niños de las escuelas de Almagro y estuvo dedicado a Chile, entregando algunos dibujos y trabajos confeccionados por los escolares como muestra de afecto.
En la intervención del señor Núñez Morgado destacan palabras como estas:
“Es para mí, este momento solemne, uno de los más interesantes en ya larga vida. Cuando yo llegué a España no creí que había salido de mi tierra, porque Chile y España son una misma tierra… Pocos tenemos en el mundo más hondamente este espíritu racial de España, que los chilenos. Porque nuestro pueblo apartado y solitario entre el mar y la montaña, no ha permitido otra intensa sanguinidad que la de la raza hispana. Somos sangre araucana con toda su audacia y sangre española con toda su nobleza… He querido venir a este homenaje para exaltar la epopeya de Almagro a través de dos mil kilómetros y de la que no tienen noción las generaciones actuales. En aquellos tiempos fue algo inconcebible. Sólo y con una labor de un año luchando con sus adversarios y más aún con la propia naturaleza. Ese hombre adquiere relieves de héroe y el mundo tiene obligación de enaltecerlos.
Es cierto que Almagro nació en España, pero también es verdad que adquirió su fortuna, luego repartida a sus amigos, y fue grande y pasó a la historia de Chile. Este hombre vivió, sufrió, triunfó y murió en América. Legó su espíritu a un pueblo y este ha sabido recoger ese espíritu de Almagro que fue padre de un pueblo.
Por eso os ruego que en este homenaje, recordéis lo que un Embajador chileno quiso dejar al pueblo donde Almagro nació”.
Tanto a su discurso como en la entrega del pergamino, el público le tributa un prolongado aplauso.
El Alcalde don Daniel García Olmo contesta manifestando que acepta el homenaje que el pueblo chileno ha querido tributar a Almagro, cuyo pueblo vibra en estos momentos de emoción.
Concluido el acto, las autoridades se dirigieron a la calle de la Soledad, que a partir de ese día llevó el nombre de “Chile”. Dicha calle se encuentra junto a la Iglesia de Madre de Dios. Fue el Secretario de la Corporación municipal, Andrés Megías, quien hizo el ofrecimiento de la nueva calle al Embajador, pronunciando un discurso y concluyendo con la manifestación de que “así como la grandeza de Almagro salió de Chile así ha querido el Ayuntamiento que de la calle Diego de Almagro arranque la de Chile”.
El acto finalizó con un almuerzo, a las dos de la tarde, que la corporación municipal ofreció al Embajador, al que asistieron más de un centenar de personas, ocupando la cabecera el Núñez de Morgado, el Gobernador Civil y el Alcalde de Almagro.