Tensión entre los socialistas y el Gobernador Civil

Fachada principal de La Obrera, uno de los círculos que visitaron Luis Doporto y el diputado socialista Fernando Piñuela.

Fachada principal de La Obrera, uno de los círculos que visitaron Luis Doporto y el diputado socialista Fernando Piñuela.

En Calzada había un ambiente enrarecido cuando el Gobernador Civil, Luis Doporto, visitó Calzada de Calatrava (entre finales de 1930 y comienzos de 1931). El alcalde socialista había suspendido la subvención al colegio de monjas Terciarias Franciscanas para los niños más pobres, situado al lado de la ermita de la Trinidad, para tres meses después -octubre de 1931- restablecerla ya que el pueblo se había manifestado contrario a dicha decisión. También había habido desavenencias con el párroco de la localidad, Juan Moreno Costoso, por publicar en diciembre de 1931 una exhortación en el tablón de anuncios del Círculo Agrícola cuyo objetivo era recolectar dinero, ya que con las leyes que promulgaron en la Segunda República la Iglesia católica dejó de percibir dinero del Estado.

En estos días podrán depositar sus limosnas los fieles de esta Parroquia en todas las misas que se celebren en los templos de esta Parroquia, depositándolas en las mesas petitorias a este fin, o entregándolas al párroco o sacerdotes.

Un ruego especialísimo he de haceros, que no se trata de dar más o menos, lo que os pido es que todos contribuyáis, aunque sea con poco, no sólo porque la Iglesia no sea gravosa a nadie, sino porque además de dar así un testimonio de vuestra fe, sea la demostración categórica que contradiga el aserto de los enemigos de la Iglesia, de que España ya no es católica.

Calzada de Calatrava, 3 de diciembre de 1931.

Vuestro párroco, JUAN MORENO COSTOSO.

Los vecinos de Calzada, junto con las representaciones de todos los círculos políticos y sociales, con sus respectivas banderas nacionales, y muchos invitados por la corporación municipal, recibieron al Sr. Doporto en la acera del industrial Isidoro Ciudad Vallez, presidente de Acción Republicana, entre grandes aplausos y el himno de Riego, que entonó la banda municipal dirigida por su maestro Izquierdo. Al Gobernador Civil lo acompañaban Gaspar Sánchez, inspector jefe de primera enseñanza, su hermano y el diputado socialista Fernando Piñuela. Hechas las presentaciones por el alcalde Eduardo de la Rubia Ráez, se dirigieron al Ayuntamiento yendo a la cabeza la banda municipal y las banderas de los diferentes círculos (Círculo Agrícola, Sociedad Obrera Benéfica y El Republicano).

Una vez en el Ayuntamiento, se llevó a cabo una pequeña recepción en el salón de actos, yendo a continuación a visitar las nuevas obras del matadero, el parque de Emilio Castelar y la casa cuartel de la Guardia Civil, cuyo jefe, Martín Garrido, dispensó toda clase de atenciones a los visitantes. Sobre las dos y media de la tarde los huéspedes, acompañados de la corporación municipal y el teniente de la Guardia Civil, fueron a comer a la fonda del señor Pérez Mejía. Acabado este almuerzo, el gobernador -acompañado del alcalde y el señor Molina- visitó en coche el “Camino Ancho”, el cementerio y otros lugares y de regreso pasaron a visitar todos los círculos, siendo recibidos el Gobernador Civil y demás autoridades con gran afecto y simpatía por sus directivas y socios, especialmente en el “Republicano” que fue inaugurado con la presencia de Doporto Marchori. Éste fue mal recibido en la “Casa del Pueblo”, donde no se guardó la debida consideración y el respeto debido tanto a él como al diputado socialista Fernando Piñuela, dando voces de “abajo los caciques”, debido, según los manifestantes, a la discrepancia entre Doporto Marchori y el secretario de la Casa del Pueblo.

Terminado el incidente, la comitiva se trasladó a los nuevos pabellones escolares de reciente construcción por el pueblo, con el fin de inaugurarlos, siendo recibidos por los señores maestros nacionales. En uno de ellos se sirvieron exquisitos y variados dulces, presentándose, poco después de tomar asiento, varios socios de la Casa del Pueblo que protestaron ante el Gobernador Civil, quien supo afrontar dicha protesta. Terminada la primera parte del acto, el alcalde manifestó el fin de la visita y reunión en aquel local, haciendo uso de la palabra el inspector jefe de 1.ª enseñanza, el diputado Fernando Piñuela y Luis Doporto, que manifestaron “la importancia de la escuela nacional para el porvenir de la Patria, por ser la fragua donde se forjan los corazones, la voluntad fuerte y generosa y el hombre completo… para que en su día sea un bizarro soldado que defienda con energía y amor a nuestra madre España”. Todos los oradores fueron aplaudidos calurosamente, una vez terminado este segundo acto, con gran satisfacción por todos los asistentes, que despidieron a sus huéspedes con grandes manifestaciones de afecto.

Pocos días después de la visita del Gobernador Civil, los afiliados a la Casa del Pueblo organizan una huelga de aceituneros, a los que se sumó el 30 % de agricultores, siendo necesaria la intervención de la Guardia Civil para garantizar la libertad de trabajo del 70% de los agricultores que querían realizar las faenas de recogida de la aceituna. Un piquete de obreros marchó al campo a impedir a toda costa que se efectuara ningún trabajo y enterada la benemérita de lo que estaba ocurriendo salieron varias parejas de la Guardia Civil a impedir el objetivo de los huelguistas. La benemérita se vio obligada a disparar, primero al aire y después contra los piquetes, hiriendo a los hermanos Santos y Vicente Núñez, que fueron trasladados al Hospital de Ciudad Real. El primero de ellos falleció a consecuencia de las heridas recibidas. El conocerse estos sucesos en Calzada, se produjo cierto revuelo y un cojo apodado “Rabote” disparó sobre la Guardia Civil cuando ésta regresaba de efectuar su servicio.

Debido a estos sucesos durante la huelga de aceituneros, en los que resultó muerto Santos Núñez Carrillo, se llevó a cabo un Consejo de Guerra en el antiguo cuartel de artillería de Ciudad Real. Los procesados Antonio Sánchez, José Lorite, Román Martín, Manuel Bravo y Vicente Núñez fueron defendidos por el Sr. Piñuela, que llegó a ser diputado socialista, y Ramón González por el capitán Calero. Los defensores solicitaron la absolución de todos los procesados, aunque reconocieron la tenencia de armas, y el fiscal pidió para todos tres años de prisión correccional por agresión a la fuerza armada. Días después, Eduardo de la Rubia es destituido como alcalde, siendo sustituido por Gerardo Molina García, lo que produjo un malestar en los socialistas que decidieron no acudir al primer aniversario de la proclamación de la Segunda República.

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