Los efectos del terremoto de Lisboa

Libro escrito por José Manuel Martínez Solares

Libro escrito por José Manuel Martínez Solares.

La catástrofe más impresionante, que aún perdura en el recuerdo y que ha sido transmitida por la tradición, fue el terremoto que, el 1 de noviembre de 1755, arrasó Lisboa. Tuvo lugar entre las 09:30 y las 09:40 horas, llegando a alcanzar una magnitud de 9 en la escala de magnitud del momento, desmoronándose muchas casas y atrapando a sus habitantes bajo sus escombros.

Sus efectos se notaron en España, causando miles de muertos –una mujer embarazada, en Calzada de Calatrava, fue aplastada por los vecinos al salir de la Iglesia.

A la semana de haberse producido el terremoto, Fernando VI mandó realizar una encuesta sobre los daños del terremoto al gobernador supremo del Consejo de Castilla, el Obispo de Cartagena, a la que contestaron 1.216 ayuntamientos de toda España, entre ellos el de Calzada de Calatrava.

En el libro Los efectos en España del terremoto de Lisboa, escrito por José Manuel Martínez Solares, se recoge en un anexo el informe emitido por el Ayuntamiento de Calzada al Intendente de Almagro donde se puede leer que el día anterior al terremoto de Lisboa se había concluido la obra de dorar el retablo mayor de la Iglesia parroquial y pintar su frontis por lo que al día siguiente, día del terremoto, concurrió la mayor parte del pueblo a la celebración de la misa mayor, que se celebró sobre las nueve y media. Se oyó un pavoroso ruido en la tierra y, al mismo tiempo, moverse varias veces con tanto ímpetu que causó efectos desastrosos tanto en Iglesia como en las personas que estaban dentro de la misma. Todos los que se hallaban dentro, nada más sentir el terremoto y ver que se hundían las bóvedas, salieron por la puerta del Sol, que era la única que estaba abierta, quedando muchos cuerpos atravesados en dicha puerta, tanto hombres como mujeres. Se verificó la muerte de una mujer embarazada, sacando a otras personas agonizantes y malheridas, por lo que fue preciso la administración del Santo Sacramento de la Extremaunción, que se trajo del convento de padres Capuchinos, al no poderse sacar el de la Iglesia.

Víctimas del terremoto de Lisboa en España.

Víctimas del terremoto de Lisboa en España.

Fue un clérigo diácono, con inminente riesgo, quien pudo sacar el Santísimo Sacramento y se lo entregó al Párroco, que lo colocó en la ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Una vez pasado el peligro, el Párroco celebró una misa en el convento de padres Capuchinos.

El terremoto duró unos siete minutos y la Iglesia se partió por diferentes sitios -especialmente el testero del presbiterio, pared, cortina y torre contigua a ella- y se destrozó el órgano. La Iglesia ha quedado muy destrozada que parece no poderse reparar y se halla cerrada por no poderse usar.

Las Casas Capitulares y las del pueblo se destruyeron, necesitando reparos; por lo que el Párroco de la villa acordó que los Maestros alarifes reconociesen la Parroquia, junto con el Maestro de arquitectura Juan Alejandro Núñez, residente en la villa de Almagro, a fin de remediar el grave daño procurando descargar, apuntalar y reparar. El Maestro de arquitectura determinó, judicialmente, que no había visto mayor destrozo que el de la Iglesia.

También se notó que el agua de las fuentes y de los pozos estaba turbia, con mal olor y saber, lo que se le atribuyó a las grandes lluvias que habían precedido al terremoto. Los pozos crecieron casi hasta llegar hasta la superficie de la tierra, teniendo una profundidad de ocho a diez varas.

Asimismo, se advirtió que durante y después del terremoto el sol no estaba claro ni calentaba estimando por verosímil que los vapores exhalados de la tierra, por su densidad y composición, impedían la penetración de los rayos del sol.

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