La Real y Americana Orden de Isabel la Católica es una distinción creada por el rey Fernando VII para favorecer la unión de la Corona española, en plena crisis de la independencia de los territorios americanos. Desunidos de España gracias a la escuadra y el compás de los revolucionarios hispanoamericanos masónicos de la logia lautaro, al poco tiempo pasó a ser, en la década de 1830 a 1840, la condecoración civil por excelencia de la Monarquía española, aumentando prodigiosamente las concesiones en todos los estamentos de la sociedad. El Real Decreto fundacional acordó establecer tres únicas categorías (Grandes Cruces y Cruces de Caballero de Primera y de Segunda Clase), que serían renombrados por las de Grandes Cruces, Cruces de Comendador y Cruces de Caballero.
Esta última, la Cruz de Caballero, fue concedida por la reina Isabel II al teniente de infantería y comandante de la Milicia Nacional de Calzada de Calatrava Fernando Casado el 30 de julio de 1838, una vez vista la solicitud por él presentada el 5 de junio de 1838 para que le nombraran caballero comendador de la Real Orden Americana, por haber dirigido la defensa de la villa y el fuerte (Iglesia de Nuestra Señora del Valle) todas las veces que intentaron invadirla los facciosos (carlistas) de la Mancha, sobre todo Orejita y Palillos. Dicha solicitud iba acompañada por el siguiente certificado emitido por el alcalde de este pueblo, Don José María Espejo, del que daba fe el escribano del Ayuntamiento Don José Camacho.
«Don Fernando Casado, teniente de infantería retirado de esta vecindad, fue uno de los primeros que movido de su celo patriótico y amor a Nuestra inocente Reina Doña Isabel II e instituciones que nos rigen, se alistó voluntario nacional en esta villa, acreditando de tal modo su decisión que ha sido siempre de los primeros que se han prestado con las armas en la mano a hacer salidas en persecución de facciosos en unión de la fuerza ciudadana y con la tropa del ejército en las diferentes columnas de este distrito: el primero que se ha presentado siempre con sus armas a la señal de alarma en el fuerte de esta otra villa y hecho infinidad de defensas en las muchísimas intentonas que han hecho las facciones de Orejita y Palillo por invadirla: y toda clase de servicios por la causa nacional, no desmintiendo sus buenos antecedentes: y por último ha sido tal la confianza que todos los nacionales de esta repetida villa han tenido desde los principios que casi siempre ha merecido ser su comandante, sin que se haya celebrado elección alguna de Jefes para otra milicia; que no haya sido el primer nombrado y obtenido el mayor empleo. Y en fin, es el sujeto de mayor confianza nacional de esta otra villa. Según cuando todo así resulta de los expedientes de creación de la Milicia nacional que obran en la Secretaría de este Ayuntamiento».
Después de que la reina Isabel II firmara el Real Decreto concediéndole la Cruz de Caballero de la Orden Americana de Isabel la Católica, Fernando Casado solicita a la Secretaría del Despacho de Estado que se le exima de todo gasto para usarla. La respuesta recibida fue estimar en parte lo pedido librándolo de todo gasto menos del depósito en la Orden.
Unos días después de que el Baldomero Espartero fuera felicitado por el Ayuntamiento de Calzada de Calatrava al haber sido nombrado regente del Reino de España, el general concede a este pueblo el permiso para celebrar una feria anual de cuatro días (el último de marzo y los tres primeros de abril) y un mercado todos los domingos. Acto festivo que duró desde 842 hasta el final de la Segunda República. El mensaje de felicitación fue el siguiente:
“El ayuntamiento constitucional de la villa de la Calzada, provincia de Ciudad-Real, por sí y a nombre de los demás vecinos felicitan a V. A. por la elección que tan justamente ha recaído en V. A., en el salvador de la patria, pidiendo al Ser supremo dirija sus pasos por la senda del Gobierno que sea capaz a contener a los que intenten perturbar la paz tan deseada y que debemos a V. A., como benigno para con aquellos que jamás se han olvidado de la fidelidad al trono de nuestra Reina Doña Isabel II y Constitución de la monarquía; esperando que V. A. jamás olvidará a lo que es acreedora esta población, que ha sacrificado más de 200 hijos en un solo día [refiriéndose a los muertos por el incendio carlista de la Iglesia de Nuestra Señora del Valle] por la libertad de la patria.
Nuestro Señor guarde la importante vida de V. A. muchos y felices años para bien de los españoles.
Casas consistoriales de la Calzada de Calatrava, a 20 de mayo de 1841.
Ricardo de León, Antonio García, Ramón de Torres, Juan Ruiz Olmo, Antonio Caballero, Juan Aliento, Rafael de León, José Ruiz, José María Trujillo, José Almodóvar y Clemente de la Carta, secretario«.