El cuadro que, quizás, haya vuelto a su lugar

Cuadro de La Piedad, en la Iglesia Parroquial de Calzada de Calatrava. Foto de Josefa Beatriz

El pintor Luis de Morales, apodado El Divino porque todas sus obras trataron temas religiosos, vivió y pintó en Extremadura. Uno de sus cuadros -la Piedad-, pintado en 1560, que se encuentra expuesto en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando,  fue copiado varias veces. Una de sus copias, que se encontraba en la Iglesia Madre de Dios de Almagro, fue destruida en la Guerra Civil (aunque hay quienes dicen que desapareció tras ser expuesto en la Exposición Universal de Barcelona de 1929 o que fue expoliado por la Junta de Incautación y Salvamento del Tesoro Artístico, como ocurrió con un cuadro de El Greco en Daimiel –Adoración de los pastores-, que actualmente forma parte de la coleccionista Valdés). Otra reproducción del original se encuentra en el Museo Diocesano de Ciudad Real, que procede del Monasterio de las Dominicas de Alta Gracia (Ciudad Real) y que también pertenece al círculo toledano de Morales “El Divino”.

A la izquierda, el cuadro expuesto en el Museo Diocesano de Ciudad Real. A la derecha, el cuadro que estuvo en la Iglesia Madre de Dios, de Almagro, y que fue destruido en la Guerra Civil.

Desde hace unos meses, en la Iglesia parroquial Ntra. Sra. de la Asunción, de Calzada de Calatrava, hay una tercera copia que fue donada por Doña Consuelo Acevedo Real (q.e.p.d.), el 2 de febrero de 2019, al haber considerado ser el mejor lugar para que el mencionado cuadro sea venerado,  por ser la Iglesia de su pueblo, donde nació y vivió durante muchos años.

Cuadro en la calle Empedrada, nº 30, donde estaba el Real Cinema.

El cuadro, que ofrece una gran semejanza de estilo con el del Divino Morales, estuvo colgado en el salón de su  casa, como se puede apreciar en la imagen,  situada en la calle Empedrada 30, donde yo viví mi niñez, adolescencia y parte de mi juventud. Recuerdo mi curiosidad por dicha pintura, que está fechada –en el margen inferior izquierdo- en 1648, y el piano que había debajo de la misma. Piano que la madre de Consuelo, Doña Casimira Real de León, tocaba estando ciega y que –según me han contado- venía a afinarlo Cañadas, quien fue organista de la parroquia en los años 20 y 30 del siglo pasado. En la red social de Facebook se puede apreciar parte de él en una foto que subió mi hermana, María Luisa, cuando fue madrina de la Candelaria, en la que está con todas sus amigas. Aquí el enlace.

La primera vez que se lo enseñé a mi mujer, le chocó bastante que un cuadro de esas dimensiones y con esa escena religiosa, estuviese en una casa particular y me dio su opinión al respecto: “ese cuadro, en algún momento determinado o por alguna circunstancia personal, habría sido llevado a esa casa y colocado allí para para evitar su deterioro o su desaparición”. Yo no le di importancia a ese comentario en esos momentos, puesto que ese cuadro estaba allí desde mucho antes de la Guerra Civil, según me comentó mi familia: mi tía Consuelo ya me dijo que sus abuelos (Consuelo de León de León y Miguel Real Rivera) ya lo disfrutaban a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Pasado un tiempo, y como estoy estudiando el incendio y reparación de la parroquia de Calzada de Calatrava en febrero de 1838, por la facción carlista, ese punto de vista inicial mío ha dado un giro de 180 º y, reconsiderando la opinión de mi mujer, pienso que pudo estar colgado en esa Iglesia, que quedó completamente calcinada, y para conservarlo ser trasladado a esa casa. Si fue así, ha regresado a su lugar de origen.

La restauración del cuadro ha llevado su tiempo, más del que yo pensaba en principio, pero el resultado final ha sido impresionante, toda una obra de arte y que no hubiera sido posible sin la ayuda de Jesús García Sosa, actual párroco de Calzada. La pena que siento es que a mi tía Consuelo, como mis hermanos y yo la llamábamos, no le haya dado tiempo a poder ver, aunque fuera en fotos, el cuadro colgado en nuestra parroquia, pues le hubiera hecho mucha ilusión.

Deja una respuesta