Gaspar Pérez Turrado
En el mes de octubre de 1970 comenzó su andadura académica el instituto de Calzada. Allí estuve yo, Gaspar Pérez Turrado, en el primer claustro de profesores y allí me quedé hasta que por el tránsito de la edad llegó el tiempo de la jubilación forzosa el uno de abril de 2006. En estas tres décadas y media, en el propio instituto y en mi vida particular, sucedieron muchos hechos.
Comenzando por el edificio en sí, este ha sufrido sucesivas modificaciones para acomodarlo al devenir de los tiempos: se cubrieron las terrazas con alas porque las goteras eran abundantes; se instaló la calefacción central (antes era de estufas de butano); se cambiaron las ventanas para que no hubiese fugas de calor; se cambió el tendido eléctrico porque el que había era obsoleto, etc.
El alumnado en un principio era de diversas procedencias. Además de los naturales de la localidad, acudían de Aldea, Granátula, el Viso del Marqués y poblados de la finca de Mudela. Como había clase vespertina, se organizó un comedor para que alumnos foráneos se ahorrasen viajes inútiles. Además, la entonces Caja de Ahorros de Ronda proporcionó una residencia de estudiantes y profesores.
En octubre de 1996 celebramos el 25 aniversario con un acto académico en el centro Rafael Serrano, a cuyo acto fueron invitados D. Eduardo Rodríguez Espinosa, primer director del centro y a la sazón diputado del Congreso y D. Lorenzo Selas Céspedes, senador, además de algunas personalidades de la localidad que tuvieron un papel destacado en la concesión estatal de que hubiese un centro de enseñanza media en Calzada de Calatrava.
Y vamos con lo personal. Servidor pasó de profesor interino a catedrático de enseñanza media sin moverse de la localidad. Impartí clases de todo tipo: Lengua y Literatura, Latín, Geografía, Historia, Historia del Arte, etc Ocupé cargos de Jefe de Estudios durante un años, otro como Secretario y 12 años como Director.
Con todo eso, privándome de muchas cosas, realicé los cursos de doctorado y escribí la tesis doctoral que recibió la calificación de sobresaliente “cum laude”; su título, La Marina Española en la independencia de Costa Firme que fue premiada por el Ministerio de Defensa con el Premio Virgen del Carmen y publicada por la editorial del mismo ministerio, el cual también me publicó Las Marinas patriótica y española en la independencia de Chile y Perú Todavía tuve la invitación por parte de la aseguradora Mapfre de participar en su colección del Quinto Centenario de las Marinas Españolas en América. En la biblioteca del centro hay un ejemplar con dedicatoria y firma propia. Con motivo de la escritura de estos tres libros la Sociedad de Americanistas me invitó a ser miembro de la misma, de la cual sigo siendo socio.
Por fin llegó el día de la jubilación y algunos compañeros tuvieron la amabilidad de organizarme un homenaje de despedida, hecho que agradezco profundamente, en especial, a D. Blas López Cañabate, impulsor del mismo y pintor de un retrato de mi persona que tengo en gran estima.