El 17 de mayo de 1927, con motivo del vigésimo quinto aniversario de la monarquía del Rey Alfonso XIII, en Calzada de Calatrava se celebró una fiesta monárquica en la que el Ayuntamiento distribuyó varios pliegos por todas las dependencias del pueblo, así como por casinos y bares, para que sus vecinos firmaran la adhesión a su reinado, como así hicieron la mayoría de los calzadeños. La Iglesia se sumó a los actos de homenaje que, con ocasión de las bodas de plata con el trono, le tributó la nación española y celebró ese mismo día una misa especial donde se entonó el “Te Deum” –con la asistencia del Alcalde y concejales que fueron invitados por el párroco Don Juan Moreno Costoso.
Durante todos los días que fueron declarados de fiesta nacional, la banda municipal dio conciertos tanto en la plaza como en el parque. Una de las sugerencias que propuso el Ayuntamiento fue de cambiar el nombre de la calle Ancha, una de las principales de la población, por la de Alfonso XIII. Terminada la misa, el Alcalde envió el siguiente telegrama al Rey:
“Ayuntamiento de Calzada de Calatrava, sus autoridades y fuerzas vivas de la ciudad elevan entusiasta felicitación a S.M. el Rey con motivo de sus bodas de plata con el trono y hacen votos al Altísimo para que le conceda larga vida y días de gloria.
El Alcalde.”
Al rey comienza a gustarle la idea de que se lleve a cabo la conservación del histórico castillo por lo que al mes siguiente, el 25 de junio, su secretario, Emilio María de Torres y González-Arnáu, hace una visita a Calzada asistiendo a una misa en la nueva parroquia a las siete de la mañana. Terminada ésta, partió hacia el Sacro Convento acompañado de Narciso de Estenaga -Obispo de Ciudad Real-, el marqués de Ancha -Secretario de la Orden de Calatrava-, Luis Sainz de los Terreros -arquitecto y caballero de la misma Orden- y las autoridades del pueblo junto con su Alcalde Claudio Racionero. Desde ese día, el periódico “El Debate” se encargó de hacer una campaña para que en toda España se viera con buenos ojos que el Gobierno gastara dinero en la renovación de este monumento, sobre todo la de su Iglesia. Uno de sus redactores, Manuel Graña, fue recibido por el Ayuntamiento de Calzada para, posteriormente, ir a visitarlo subiendo al cerro del Alacranejo en burro. En su honor, la corporación municipal ofreció un almuerzo en el castillo.
Terminada la excursión al Sacro Convento, dirigieron sus participantes el siguiente telegrama a Alfonso XIII:
“London King of Spain – Spanish Embassy.
Obispo Prior, Marqueses de Torres y Acha, arquitecto Terreros, Párroco y Alcalde de Calzada elevan respetuosos saludos a Vuestra Majestad desde incomparable grandioso castillo Calatrava, página viva sin igual historia Patria.”
A las pocas horas se recibía en Ciudad Real la siguiente respuesta, en la que manifiesta su interés por la conservación del histórico castillo:
“London-Bilbao Govt-Obispo Prior Ciudad Real
Le agradezco muy sinceramente amable saludo, que me dirige en unión acompañantes histórico castillo de Calatrava, celebrando se realicen proyectos conservación de ese incomparable recuerdo de nuestras gloriosas patrias.
Alfonso R.”
Al siguiente año, mayo de 1928, el Rey recibió al Obispo Prior Estenaga y al párroco de Calzada, Don Juan Moreno Costoso, que le hicieron entrega de una memoria muy interesante referente a la reconstrucción del castillo de Calatrava la Nueva.
La Real Academia de la Historia, en una de sus sesiones de noviembre de 1928, recibió con alegría y entusiasmo el apoyo de Alfonso XIII a la restauración del Sacro Convento de Calatrava la Nueva y el rescate de su Iglesia del inventario de bienes del Estado para abrirla al culto. Finalizada la sesión, ofreció todo su apoyo para que se consiguiese dicho objetivo.
Por las mismas fechas el marqués de Acha, como secretario de la Orden de Calatrava, informó al Obispo Prior de las Órdenes Militares, Narciso de Estenaga, que la Academia de Bellas Artes de San Fernando tuvo una sesión dedicada a la reparación de dicho castillo y acordaron tenerlo muy en cuenta para, en su día, hacer lo que procediera para llevarla a cabo. Aprovechó la ocasión para felicitar al Prelado por su maravillosa idea de recuperar el castillo al público, sobre todo por la importancia histórica y artística que tenía y que en esos momentos estaba oculta y olvidada, y le informó que el Duque de Alba había contactado con él por su interés para visitar y conocer dicho Sacro Convento.
El último contacto con el Sacro Convento de la familia real, antes de comenzar la Segunda República, fue el 14 de abril de 1929 cuando el entonces infante Don Juan, padre del rey emérito actual Juan Carlos I, lo visitó junto a su hermano. Fueron recibidos en Calzada por su Alcalde, que leyó el siguiente mensaje:
“Infantes: Cuando los españoles tienen la seguridad de que su Rey vive la vida del a realidad y con ellos se confunde de ideales, no es atrevimiento irrespetuoso el solicitar su presencia. Al amparo de esa creencia, este pueblo del campo de Calatrava se sentirá orgullosamente honrado con la de su Monarca, a fin de que, apreciando con sus altas dotes de español, que siente las magnificencias de su tierra, la importancia de estas ruinas que vosotros habéis ennoblecido con vuestra visita, impulse su restauración, para que sirva de ejemplo de austeridad, valor, religiosidad y civismo a los extranjeros, que ante ellas veneren las reliquias de esta España por todos admirada.
El Alcalde”.
Ya en el exilio el infante Don Juan, en una entrevista con “El Caballero Audaz”, expresó la impresión que tuvo en su visita al Sacro Convento. Dicha entrevista la publicó en su libro “Don Juan de España, heredero de Alfonso XIII”.