A 38 kilómetros de Ciudad Real se halla la villa de Calzada de Calatrava, que corresponde en lo eclesiástico a la archidiócesis de Toledo, y en lo civil a la provincia de Ciudad Real y al partido judicial de Almagro, de cuya población dista 18 kilómetros solamente. El aspecto topográfico de su suelo ofrece dos cambiantes: la parte montuosa, que comienza en el principio de Sierra Morena, y la parte llana, conocida con el nombre de Campo de Calatrava, junto al monte donde estuvo el castillo del mismo nombre.
El pueblo, actualmente, se halla situado en esta planicie, circuido de arroyos y manantiales, y del río Jabalón, afluente del Guadiana; y, fertilizados por estas aguas, sus huertos y plantíos producen abundante cosecha de cereales, legumbres y hortalizas, vino, aceite y cochinilla, pudiendo compararse en su riqueza agrícola con el pueblo más agricultor de toda la Mancha, Manzanares, sito también en Ciudad Real y al nordeste de Calzada.
Si es exuberante su flora, no menos ricas son su fauna e industria: posee fábricas de aguardiente y telares de lienzos, y lana, y blondas; molinos harineros y varias tahonas; talleres de tejedores, cardadores y demás oficios artesanos. Además, goza de un copioso manantial de aguas (agrias) minerales, de maravillosos efectos para la profilaxis de varias enfermedades.
Este pueblo perteneció a la Orden Militar de Calatrava, y su término comprendía, entre otras, las encomiendas de Calatrava, y su término comprendía, entre otras, las encomiendas de Calatrava y Castellanos y los castillos de Calatrava la Nueva, del que ya hicimos mención, y Salvatierra. La iglesia parroquial, de que hablamos aquí, al desarrollar la historia de esta Fundación, fue quemada y destruida en 26 de febrero de 1838 (Miñana, Diccionario Geográfico; Espasa, Enciclopedia; Madoz, Diccionario Geográfico).