Que las declaraciones de Obispos como Juan Antonio Reig Pla y Joaquín María López de Andújar son manipuladas y tergiversadas por la mayoría de los medios de comunicación y en las redes sociales es un hecho evidente – ¿quién no se encuentra, cada dos por tres, mensajes con contenido racista o machista asignadas a miembros de la Iglesia católica?- Que la Iglesia Católica está siendo atacada constantemente por nuestros políticos –de derechas y de izquierdas- es algo que nadie pone en cuestión. Sí, han leído bien: también hay políticos de la derecha a favor de legislar para al lobby LGTB, no a favor de los homosexuales, y apoya a la izquierda en cuestiones tan delicadas como es el no respetar el derecho a la vida, al no haber hecho nada para cambiar las leyes que el Gobierno de Zapatero llevó a cabo en relación con el aborto.
La Iglesia, hoy día, está más acorralada que lo estuvo en la Segunda República cuando, nada más comenzar ésta, se quemaron Iglesias y se expulsaron a los jesuitas de España –recordemos la famosa frase de Azaña: “España ha dejado de ser católica”. No se utiliza la violencia pero los métodos empleados son más sutiles y está calando en la sociedad a través de una ingeniería social basada en la dictadura del relativismo. Expresiones como ¡la religión es una cuestión privada y no tiene nada que ver con lo público! ¡No a la financiación de la Iglesia y derogación de los acuerdos con la Santa Sede! ¡Por una educación laica! ¡Que la Iglesia pague el IBI! son mera propaganda para manipular a las personas a través de frases sencillas.
Se dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra y es verdad. El tropiezo anterior se produjo en la Segunda República y en Calzada de Calatrava se produjeron sucesos similares a los de hoy. Vamos a relatar uno de ellos, cuyo protagonista fue el párroco don Juan Moreno Costoso:
Tras las nuevas leyes que se promulgaron en la Segunda República, la Iglesia dejó de percibir dinero del Estado por lo que se tuvo que movilizar para obtenerlo. De ahí que el párroco arcipreste de Calzada de Calatrava, don Juan Moreno Costoso, dirigiera una exhortación a sus feligreses, que fue fijada en el tablón de anuncios del Círculo Agrícola y en otros sitios públicos, con el objetivo de recolectar dinero en la que se decía:
“A los fieles de Calzada de Calatrava:
Ante la injusticia del Estado expoliador en otros días de los bienes de la Iglesia, que consuma el despojo definitivo, faltando a los compromisos que adquirió y negándose a satisfacer la deuda contraía, suprimiendo el presupuesto del Culto y Clero, dejando con esta medida en la miseria a miles de sacerdotes y en abandono completo a centenares de Parroquias, levantan su voz en reciente alocución los metropolitanos de toda España y nos dicen que llegó la hora de acudir a vuestra caridad, para remedio del despojo de que nuevamente ha sido objeto la Santa Iglesia. Hablan los prelados por el momento (hasta que en breves días se lleve a la práctica, aquel consejo de S. S. Pío X, que pedía diez seglares alrededor de cada Parroquia, preocupados de la vida parroquial) de una colecta mensual señalando dos fecha próximas más, el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción de María N. Madre, y el día 25, fiesta de la Natividad del Hijo de Dios, Nuestro Redentor.
En estos días podrán depositar sus limosnas los fieles de esta Parroquia en todas las misas que se celebren en los templos de esta Parroquia, depositándolas en las mesas petitorias a este fin, o entregándolas al párroco o sacerdotes.
Un ruego especialísimo he de haceros, que no se trata de dar más o menos, lo que os pido es que todos contribuyáis aunque sea con poco, no sólo porque la Iglesia no sea gravosa a nadie, sino porque además de dar así un testimonio de vuestra fe, sea la demostración categórica que contradiga el aserto de los enemigos de la Iglesia, de que España ya no es católica.
Calzada de Calatrava, 3 de diciembre de 1931.
Vuestro párroco, JUAN MORENO.
Dicha exhortación estaba basada en una editorial que publicó el periódico “El Debate”, el 27 de noviembre de 1931, en la que se decía:
“De una parte, no escapa a ninguno la consideración de la injusticia del Estado, expoliador en otros días de los bienes de la Iglesia, que consuma hoy el despojo definitivo, faltando a los compromisos que adquirió y negándose a satisfacer la deuda contraída.”
Pues bien, por ejercer la libertad de expresión, don Juan Moreno Costoso fue sancionado por el Gobernador Civil con una multa de 100 pesetas, por oposición al Régimen actual. Para satisfacerla se abrió una suscripción popular que fue rápidamente cubierta.