El juego de las Caras, una tradición que pertenece a Calzada de Calatrava

Rotando situada a la entrada al pueblo por la carretera de Ciudad Real.

Desde mi juventud, allá por los años 70 del siglo pasado, he visto cómo, llegado el Viernes Santo, después de la procesión de la madrugada, se comenzaba a jugar a las Caras en Calzada de Calatrava. Esta tradición, que terminaba cuando comenzaba la procesión del Santísimo Entierro por la tarde, ha sido parte integral de nuestra identidad cultural durante generaciones. La tradición de jugar en Viernes Santo viene de que los soldados romanos se jugaron la Santa Túnica a suertes, porque al no tener costuras no podía dividirse. Dicha prenda es mencionada en la Biblia, solamente una vez, en un pasaje del Evangelio de Juan:

Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las dividieron en cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como no tenía costura, porque estaba hecha de una sola pieza de arriba abajo, se dijeron entre sí: «No la rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién le toca.» Así se cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica. Esto fue lo que hicieron los soldados.

Juan 19: 23-24

Con el paso del tiempo, esta tradición se ha hecho muy popular no solo en la provincia de Ciudad Real, sino también en toda España. Cada Viernes Santo, Calzada de Calatrava se llena de turistas que vienen exclusivamente para participar en este juego. Son muchas las personas que se reúnen en varios corros para jugarse el dinero, incluso cuando ya es ilegal. Un día tan señalado para los católicos como es el Viernes Santo se ha convertido, en los últimos decenios, en Calzada de Calatrava, no en un día propio de Semana Santa, sino en un día de juego y vicio más que de religiosidad. Mientras los corros puestos por el ayuntamiento están abarrotados de gente jugándose el dinero, el Sagrario de la iglesia está prácticamente vacío. Esto merece una reflexión profunda sobre el verdadero significado de nuestras tradiciones.

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El juego de las Caras consiste en que, en el pueblo, ese día de Viernes Santo, se marcan varios corros. Están los apostantes y la banca. Los apostantes juegan una determinada cantidad de dinero y la banca tiene que apostárselo. El baratero es el encargado de tirar al aire dos monedas de Alfonso XII, de 10 céntimos. Si salen las dos monedas caras, gana la banca; si salen cruces, ganan los apostantes; pero si sale cara y cruz, se vuelve a tirar las monedas.

A finales de los años 70, en Almagro, varias personas decidieron que, en vez de ir a Calzada de Calatrava, sería buena idea jugar en el casino de su pueblo, y así no tendrían que desplazarse. Y así se hizo. Sin embargo, hace unos días, la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, a iniciativa de Gema, la alcaldesa de Calzada de Calatrava, ha iniciado un expediente para declarar el Juego de las Caras como Bien de Interés Cultural de este pueblo. Esta decisión ha sentado muy mal a los habitantes de Almagro. Desde el punto de vista de un calzadeño, la copia de esta tradición sin reconocimiento es moralmente inaceptable. El Juego de las Caras es una parte esencial de nuestra identidad cultural y debe ser respetado como tal. La apropiación indebida de nuestras tradiciones no sólo desvirtúa su significado, sino que también socava el esfuerzo y la dedicación de generaciones que han mantenido viva esta práctica. Por tanto, las Caras es una tradición que pertenece a Calzada de Calatrava y debe ser protegida y reconocida como tal. La iniciativa de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha es un acto de justicia hacia los verdaderos custodios de esta práctica en la provincia de Ciudad Real. Es fundamental que se respete el origen y la historia del Juego de las Caras, y que se garantice su continuidad en el lugar donde nació y ha sido celebrado durante muchísimo tiempo.

Cuestiones Morales Adicionales

Respeto a la Historia y la Cultura: El Juego de las Caras no es sólo un juego, sino una manifestación cultural que refleja la historia y las costumbres de Calzada de Calatrava. Apropiarse de esta tradición sin reconocimiento es una falta de respeto a la rica herencia cultural de nuestro pueblo. Más si últimamente, a la entrada del pueblo, el ayuntamiento ha homenajeado a este juego de las Caras con una rotonda.

Preservación de la Identidad Local: Las tradiciones como el Juego de las Caras son fundamentales para la identidad de una comunidad. Permitir que otras localidades se apropien de esta tradición sin reconocimiento diluye nuestra identidad y erosiona el sentido de pertenencia de los calzadeños.

Justicia y Reconocimiento: Es moralmente justo que se reconozca a Calzada de Calatrava como el lugar de origen del Juego de las Caras en la provincia de Ciudad Real. Este reconocimiento no solo honra a nuestros antepasados que mantuvieron viva la tradición, sino que también asegura que las futuras generaciones comprendan y valoren su patrimonio cultural.

Protección de la Autenticidad: Declarar el Juego de las Caras como Bien de Interés Cultural protege la autenticidad de la tradición. Esto garantiza que la práctica se mantenga fiel a sus raíces y no se distorsione o comercialice de manera inapropiada en otros lugares.

El Juego de las Caras es una tradición que pertenece a Calzada de Calatrava y debe ser protegida y reconocida como tal. La iniciativa de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha es un acto de justicia hacia los verdaderos custodios de esta práctica en la provincia de Ciudad Real. Es fundamental que se respete el origen y la historia del Juego de las Caras, y que se garantice su continuidad en el lugar donde nació, en la provincia de Ciudad Real, y ha sido celebrado durante muchísimo tiempo.

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