Fines de esta fundación

Como hemos dicho ya antes, proveer a las necesidades espirituales de este pueblo fue el fin primordial de la fundación; pues, contando con más de 2.000 almas, sólo tenía 3 sacerdotes, más el Párroco, de los cuales sólo dos eran confesores. Así, los fieles muchas veces padecían el desconsuelo de no tener quien les confesase, ni quien les asista y consuele en el artículo de la muerte.

Cuán cumplida y honrosamente llenaron nuestros religiosos estos fines, se echa de ver en la aceptación y respeto que los naturales de la villa y sus contornos tributaban a la Comunidad. Así, en retorno de los beneficios y utilidad espiritual que reportan del Convento, se apresuraban los vecinos a cultivar cada año, a porfía y sin interés, las heredades de D. Blas García, que legó para los religiosos, y componen la obra pía, de la cual salen los productos para el sostenimiento del Convento. Otra prueba de esta estima nos la da el Convento Sacro de la Orden Militar de Calatrava, que constituyó Lector de un P. Capuchino, y mantuvo cordialísimas relaciones con nuestros Superiores, y éstos con los de Calatrava y con la justicia local.

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