Estudio sobre el ferrocarril de Valdepeñas a Puertollano (4/4)

Vista de la estación de ferrocarril de Calzada de Calatrava. Foto de Cañadas (1965).

Vista de la estación de ferrocarril de Calzada de Calatrava. Foto de Cañadas (1965).

El Marqués de la Alameda describe el plan a seguir para mejorar y sacar a flote el ferrocarril. Propone, entre otras cosas, una rectificación del trazado para que el trenillo esté más cerca de Granátula y de Argamasilla de Calatrava. Ninguna de ellas se llevaron a cabo. 

Plan de procedimiento

Si se decidiese la Compañía a llevar a cabo el intento, ha de estudiarse previamente la forma de petición.

El Estado subvencionará a los ferrocarriles secundarios y económicos de dos maneras distintas (véase la Ley aprobada últimamente por el Senado y pendiente de aprobación por el Congreso): garantizando hasta el 5 % de interés del capital o entregando hasta el cincuenta por ciento del capital necesario para la empresa.

Por la especial situación nuestra, estimamos se debe abandonar la primera forma y tratar de obtener la segunda con la mayor ampliación posible.

El éxito estará en el modo de plantear la cuestión y partiendo siempre de un proyecto holgado que permita realizar el mayor número de mejoras con la cantidad que diera el Estado, entre ella no deberán omitirse (el empalme a Puertollano es obligado) la rectificación del trazado, necesaria no solamente para lograr perfiles de más económica explotación, sino también la aproximación, si ello es posible, por lo menos a los pueblos de Granátula y Argamasilla de Calatrava.

Igualmente debe estudiarse si sería conveniente la solución eléctrica para el nuevo ferrocarril, contando previamente con la Compañía de Peñarroya o con la Sociedad Energía Eléctrica del Centro de España.

Como esta clave de asuntos deben estudiarse siempre con vistas al porvenir ya que de otra suerte se padecen omisiones y errores imposibles de subsanar, también debe abarcar el proyecto de instalación en Valdepeñas de un completo taller de reparaciones que haga hacedero, el día en que el ferrocarril de Valdepeñas a Alcázar sea un hecho, un arreglo mediante el cual pudiéramos encargarnos del servicio de reformación y entretenimiento de las máquina y material de la nueva empresa, viniendo así a reducirse notablemente los gastos generales de explotación de ambos ferrocarriles.

Por último, el proyecto debe incluir la construcción de un paso superior o inferior que evite la mala situación actual de nuestra estación de Valdepeñas, que hace peligrosísimo el tránsito de viajeros y la transmisión de mercancías de gran velocidad, y de proponer la mayor cantidad posible de material.

Generalmente, en todo asunto de importancia se acostumbra a ir derechamente a la cabeza. Somos partidarios del procedimiento contrario.

A nuestro juicio, sería más conveniente exponer el asunto a los Centros que, por ministerio de Ley, son los llamados a informarlo en su día. De esta suerte, sus pareceres y consejos evitarían rozamientos y trabas y harían más viable una pronta solución.

Aconsejarse, pues, de la División de Ferrocarriles, del Negociado correspondiente en la Dirección General de Obras Públicas, explorar el parecer de la Comisión de estudio de las vías férreas de la 1ª Región, en la Capitanía General de Madrid, y el de la Sección interesada en el reciente organismo creado con el nombre de Estado Mayor Central, es lo que verdaderamente procede antes de determinarse a sufragar los gastos del proyecto.

De su resultado dependería llevar éste a efecto, y presentarlo al Ministro de Fomento, con el apoyo que no había de faltar, de los Ayuntamientos todos de la zona de nuestro ferrocarril, Corporaciones y Representantes en Cortes de la Provincia.

No hay que pensar en subvenciones ni otras clases de apoyos que supongan desembolsos de parte de dichos Ayuntamientos, pues la experiencia amarga nos ha enseñado lo bastante sobre el particular.

Conclusión

Para terminar; nuestro propósito al presentar este escrito no es otro que el interesar de la Junta Directiva, contraste nuestras aseveraciones y no crea otro fin interesado que el salvar al ferrocarril de un porvenir incierto y precario, convencidos como estamos que, de no tomar una medida radical, ya que las circunstancias hacen imposible su venta, no saldremos nunca de un negocio inquietante y ruinoso.

Confiamos, pues, en el reconocido celo y competencia de los Sres. De la Junta, y por esto mismo esperamos que, reflexionando detenidamente sobre cuanto dejamos expuesto, acordarán en definitiva emprender, sin dilación, los trabajos preliminares para el planteamiento de las mejoras que son necesarias al ferrocarril: el cambio de su galga, en primer término, y si dificultades insuperables no lo consistiesen, por lo menos, el empalme en Puertollano.

Aun cuando se lograsen vencer prontamente las dificultades, que indudablemente han de presentarse, como es obra complicada, no conviene demorar el comienzo de las gestiones y trabajos encaminados al logro de las mejoras que proponemos y ansiamos para nuestro ferrocarril, en bien y defensa de los intereses de todos.

Terminamos, suplicando a la Junta Directiva tenga muy presente el carácter reservado que en razón a su índole debe tener este trabajo.

Lo precedente es copia literal de un trabajo remitido a esta Dirección por el Inspector Sr. González, quien, ya en su informe sobre el resultado del ejercicio, exponía extensas consideraciones acerca del conflicto de los carbones, haciendo ver que se nos anulaba ese ingreso; y también anotaba la imperiosa necesidad de gastos de consideración en traviesas, material fijo y móvil, etc.

Relacionada con lo mismo, se ha recibido una carta del Ingeniero Sr. Barrios en la que pide autorización para contratar un extraordinario de 8.000 traviesas anuales en 1916 y 1917, fundamentando su necesidad lo mismo que el Sr. González en su informe citado.

Por todo ello, la Gerencia estima de suma conveniencia tengan conocimiento y hagan el oportuno estudio de los Sres. Consejeros, de este escrito, y a tal efecto se remite copia a los Sres. Presidente y Secretario, por los residentes, y a los Sres. Arauco y Manene, por los ausentes, encomiándoles la necesidad de que para trata de este y de otros importantes asuntos se reúna la Junta Directiva en estas Oficinas el domingo 27 de los corrientes, víspera de la Junta General.

Vitoria, 15 de febrero de 1916

El Director Gerente,

Enrique Celaya

Fuente: Documentación depositada en FSS por la familia Martínez de Pisón Verástegui. Del archivo de la  Fundación Sancho el Sabio.

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